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La crisis acentúa la división entre la costa y el interior valencianos

El impacto económico en los distritos industriales erosiona el equilibrio territorial

Un operario en una azulejera de Vila-real.
Un operario en una azulejera de Vila-real. ANGEL SÁNCHEZ

“Los principales núcleos del interior industrial están perdiendo población desde 2009. Esto está ocurriendo en Alcoi, Elda, Villena, Ontinyent o Ibi; de los grandes núcleos urbanos solo Elche continúa creciendo dado que su dinámica vegetativa es suficiente para compensar y superar las fuertes pérdidas migratorias. El declive demográfico afecta a casi todos los mercados de trabajo local importantes del interior-sur industrial. Es especialmente fuerte en el caso de los mercados de Elche, donde la pérdida migratoria afecta a todos los principales núcleos de población, Ibi y Ontinyent”.

Un amplio estudio publicado por la Universitat de València y coordinado por Juan Miguel Albertos y José Luis Sánchez Hernández, titulado Geografía de la crisis económica en España, dedica un apartado a los efectos de la crisis sobre la industria valenciana y, más concretamente, sobre los denominados “distritos” o cluster industriales. Sus autores, Julia Salom y el propio Juan Miguel Albertos, miembros del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local, concluyen que el equilibrio territorial entre áreas interiores y litorales, al que han contribuido históricamente los distritos industriales valencianos, “está erosionándose”, de forma que “el papel de reequilibrio territorial que jugaban los distritos industriales en la mitad meridional de la región parece haber llegado a sus límites”.

El análisis, dentro de una investigación más amplia cuyo objetivo es ofrecer una visión de conjunto del impacto de la crisis en España, parte de la constatación de que “la industria valenciana ha sido particularmente castigada por la actual crisis, hasta el punto de que algunos de los sectores tradicionales están, sencillamente, al borde de la extinción”. Se trata del mueble y la fabricación de vidrio, sobre todo, aunque la industria textil, la confección y el juguete están también “gravemente afectados”, mientras que la fabricación de productos cerámicos y de caucho y plásticos “ha resistido mejor los embates de la crisis”.

Saldo migratorio

Crecimiento cero. Si el saldo migratorio en el periodo 2006-2008 fue positivo en un 1,63% en el conjunto del territorio valenciano, se redujo a un escaso 0,01% en el periodo 2009-2011, en plena crisis.

Saldos positivos. Solo el litoral alicantino (con un 0,61%), el área metropolitana de Alicante (0,10%), la segunda corona de Chiva, en la región urbana de Valencia (0,59%) y el distrito de Vinaròs-Benicarló (0,09%) registraron saldos migratorios positivos en el periodo 2009-2011.

Saldos negativos. El distrito industrial de Ontinyent (con un -0,59%) registró el saldo migratorio más negativo en el periodo 2009-2011, seguido de Ibi (-0,45%), la segunda corona de la región urbana de Valencia, en Alzira (-0,32%), L'Olleria (-0,28%) y el área urbana de Gandia (-0,26%).

Contra alguna lectura apresurada, el estudio advierte de que, pese a una cierta recuperación de las exportaciones, la intensidad de la crisis no ha permitido que eso se traduzca en “un impulso visible al crecimiento”. A continuación, detecta “la mayor resistencia que parece mostrar la industria de los distritos frente a la industria de las áreas urbanas, y particularmente de la región urbana de Valencia”. Se refiere a espacios articulados en una red de ciudades medianas y pequeñas con tradición industrial y dinamismo social, empresarial e institucional que la política de los gobiernos socialistas en la Generalitat (“puesta en marcha a mediados de los ochenta”, dicen los autores) apoyó con la creación de institutos tecnológicos. El mueble en Vinaròs-Benicarló; la cerámica en Castellón-Vila-real; el textil en Ontinyent; el vidrio, caucho y plástico en L'Ollleria; el textil y el papel en Alcoi; el calzado, el textil y la piedra en Elche; el juguete en Ibi y los servicios en Gandia o Xàtiva son los clusters que el estudio analiza junto a las áreas metropolitanas de Alicante y de Valencia (con sus coronas de Carlet, Chiva y Alzira).

Esa mayor resistencia de la industria de los distritos (especialmente en el del mueble en Vinaròs-Benicarló, el de la cerámica en Castellón-Vila-real, y el del juguete en Ibi), sin embargo, no ha impedido que su situación sea “notablemente peor que la de las áreas urbanas que disfrutan de una economía más diversificada”. El impacto de la crisis sobre la actividad económica en general y la capacidad de consumo ha sido, señala el estudio, “especialmente intenso en los distritos industriales interiores, mientras que la región urbana de Valencia, el área metropolitana de Alicante e incluso el litoral turístico alicantino presentan a día de hoy una mejor situación”.

“Con este panorama”, indican los autores, “podemos concluir que el equilibrio territorial de la mitad meridional de la región está erosionándose, mientras se profundiza en la tendencia, ya iniciada en el periodo anterior a la crisis, de acentuación de la dicotomía entre áreas interiores y litorales, especialmente en la mitad sur de la región”.

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