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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Colgado de la brocha

100 días después de llegar al liderazgo del PP andaluz, Moreno se encuentra perdido y sin rumbo

Juan Manuel Moreno Bonilla se las prometía felices con Susana Díaz instalada en Madrid. Recién cumplidos sus primeros 100 días al frente del PP andaluz, atisbaba una posibilidad de alcanzar la victoria en las elecciones autonómicas. Su gozo en un pozo.

El 31 de febrero, el dedazo de Rajoy era ratificado por un congreso extraordinario a la búlgara: Moreno recibió el 98,5% de los votos. El nuevo presidente del PP regional dijo que se proponía “escribir una nueva página en la historia de Andalucía”: conseguir la presidencia de la Junta.

100 días después, la única página histórica que ha escrito registra un dato demoledor: el partido dirigido por Moreno ha perdido 350.959 votos en las elecciones europeas.

La dimisión de Rubalcaba le llegó a Moreno como regalo llovido del cielo. Las especulaciones sobre la candidatura de Díaz a la secretaría general del PSOE proporcionaron al popular una munición que él creía mortífera. Y se lanzó en picado.

Articuló un discurso cínico. Porque mientras su jefa, Dolores de Cospedal, simultanea el cargo de secretaria general del PP con el de presidenta de Castilla-La Mancha, y a nadie de su partido parece preocuparle, acusaba a Díaz de querer ser presidenta a tiempo parcial si simultaneaba Madrid con San Telmo.

La propia Díaz le desmontó el discurso cuando anunció que no entraría en la batalla por la sucesión. Hablando en plata, le retiró la escalera y Moreno se quedó colgado de la brocha. Una posición bastante ridícula.

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¿Cuál es el balance de sus primeros 100 días al frente de los populares andaluces? Parco en logros y sobrado de arenitis, el virus que le inoculó su padrino, Javier Arenas. Un discurso de madera sobre la necesidad del cambio en Andalucía y una serie de propuestas ridículas, como la de reunirse mensualmente con la presidenta Díaz o que esta acuda a una reunión-trampa con los alcaldes del PP que él mismo ha convocado.

Podría hacer mucho más de lo que hace. Su formación cuenta con 163.000 militantes, gobierna en 269 ayuntamientos, entre ellos las ocho capitales, en donde vive el 65% de la población. Controla cinco diputaciones y tiene mayoría simple (50 diputados) en el Parlamento regional, 33 diputados en Madrid y 26 senadores. Un batallón dirigido por un inexperto y torpe general.

Moreno sigue mandando a su tropa como si aquí no hubiera pasado nada. Mientras el resto de partidos toman nota del terremoto que sacudió al país en las europeas y se aprestan a celebrar primarias abiertas y a elegir sus líderes con el voto directo de los militantes, en el PP se atrincheran en el inmovilismo.

No hace falta ser adivino para augurar que, a este paso, Moreno añadirá otra página a la historia que no le gustaría escribir: la de su derrota en las elecciones autonómicas.

@JRomanOrozco

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