Bildu reclama un pacto que anule el aval de PNV y PSE a las fundaciones bancarias
Los partidos que dirigen Kutxabank aspiran a terminar el proceso en julio
La izquierda abertzale no quiere ni oír hablar de la conversión de las cajas de ahorros vascas en fundaciones bancarias, pese a que es una de las pocas obligaciones claras de la nueva legislación para las entidades con el nivel de activos que tienen las cajas vascas, y con el porcentaje de propiedad que les corresponde en Kutxabank.
Joseba Permach y Ainhoa Beola, acompañados de representantes en las tres cajas vascas integradas en Kutxabank —BBK, Vital y Kutxa— han respondido este martes al acuerdo de PNV y PSE para agilizar la conversión de las cajas en fundaciones reclamando un acuerdo “de país” con los partidos, sindicatos y agentes sociales vascos en el que se explicite de forma clara y firme la posición contraria a la entrada de capital privado en Kutxabank con el fin de garantizar su control público y social.
Si PNV, PSE —y seguramente en los próximos días también el PP— cerrarán unos estatutos que una vez aprobados en las cajas darán lugar a las fundaciones bancarias dirigidas por patronatos en vez de las tradicionales asambleas, EH Bildu quiere evitar a toda costa un proceso que de forma inequívoca aboca o bien a la venta de una parte de la participación de BBK en Kutxabank, o al crecimiento de este, para bajarla del 50%. El diputado general de Álava, Javier de Andrés, ha asegurado este martes que es partidario de la conversión lo más rápida posible de las cajas en fundaciones.
Para la izquierda abertzale, sin embargo “el objetivo de PNV, PP y PSE-EE es hacer desaparecer las cajas para repartirse los cargos en las fundaciones”.
Si en Álava y Bizkaia es fácil, en Gipuzkoa resulta muy complicado
El plazo para acometer esa transformación termina el 31 de diciembre, según lo establecido en la Ley de Fundaciones Bancarias aprobada en el Congreso tras el acuerdo de PP y PNV. “Y eso supone abrir las puertas de par en par a la privatización” de estas entidades, ha dicho Permach. Este martes han propuesto darse un plazo para pactar una salida que evite esa transformación a lo largo de julio.
Un proceso que si en Álava y Bizkaia es fácil al tener mayoría los firmantes del acuerdo, se complica en la Kutxa guipuzcoana, donde el consejo de administración está partido en dos bloques y con una asamblea general en la que es una incógnita saber qué pasará.
La coalición abertzale que ha hecho bandera de este asunto propone a la sociedad vasca firmar una alianza sobre la base de que “la línea roja será no vender ni una sola acción al capital privado”. También reclaman un banco que ofrezca financiación suficiente a las pequeñas empresas y cooperativas locales, que paralice los procesos de desahucios y ponga en el mercado de alquiler las viviendas que tiene.
El portavoz parlamentario del PSE, José Antonio Pastor, ha asegurado este martes “sabemos que una parte de Kutxabank se tiene que privatizar, pero como hay margen de maniobra vamos a defender la mayor participación de capital público que sea posible. Esa es la esencia de las cajas”, ha dicho. La patronal alavesa SEA es partidaria de salir a bolsa con el Banco “para ser más fuerte”.
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