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el debate del nuevo estatus

Urkullu admite un proyecto de “soberanía compartida”

El Gobierno central pide al ‘lehendakari’ que no siga los pasos de Cataluña

Derecho de autodeterminación sí, pero sin que eso signifique necesariamente la independencia. El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha apuntado este viernes este matiz durante la sesión de control del Parlamento al Ejecutivo, en la que aseguró que la resolución sobre el derecho a la libre determinación de 1990, ratificada el jueves en uno de sus puntos por PNV y EH Bildu, “no cierra nada, sino que abre”. Una manera de entender ese concepto que ya el día anterior el portavoz del PNV, Joseba Egibar, había dejado caer durante el debate.

Su planteamiento, ante la “preocupación” mostrada por los partidos no nacionalistas este jueves al que se ha sumado este viernes el llamamiento de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría de “construir juntos”, fue el de conseguir la “bilateralidad efectiva” partiendo de la legislación vigente, de manera que se consiga “más soberanía” pero sin cerrar la puerta a que esta sea “compartida”, dijo, tal y como también recoge la resolución sobre autodeterminación de un día atrás. Urkullu no ha mencionado la idea de un modelo federal o confederal esta vez y ha dicho buscar un “nuevo modelo de Estado abierto a un diálogo cuyo resultado no esté predeterminado”.

Ha sido su respuesta a UPyD, partido que retomó la ya habitual práctica de la oposición de preguntar cada cierto tiempo al jefe del Ejecutivo cuál es realmente su objetivo con las referencias a la actualización del autogobierno y del nuevo estatus. Esos interrogantes se reactivaron 24 horas antes al ver que el jefe del Ejecutivo respaldaba la declaración del derecho de autodeterminación al igual que el resto de parlamentarios del PNV.

El lehendakari apuesta al mismo tiempo por un desarrollo “íntegro” del autogobierno, en referencia a las transferencias pendientes. Y reclama un cambio que “incluya la imposibilidad de modificación unilateral” del autogobierno, una alusión a la legislación básica que el Gobierno central impulsa y que está suponiendo numerosos recursos por invasión competencial ante el Tribunal Constitucional. El jefe del Ejecutivo ha señalado que quiere que los cambios se adopten en el Parlamento, a cuyas decisiones volvió a pedir “respeto” mirando hacia Madrid, y después sean ratificados, ha añadido, con una “consulta legal y pactada”. Es decir, el procedimiento establecido para reformar el Estatuto. Urkullu ha enumerado otros objetivos, como el de tener “voz propia en la UE”, una cuestión que ha incluido en su estrategia de acción exterior y que según su estrategia de internacionalización aspira a pactar con el Gobierno central.

El lehendakari ha aprovechado para dar su visión de los resultados de los comicios europeos, cifras que calificó como la “enésima” constatación de que la mayoría de la sociedad vasca quiere una “realidad nacional diferenciada”. “Analice lo que está pasando en otros territorios de España, los debates que se generan y cómo están provocando división y problemas a la ciudadanía”, le pidió horas después la vicepresidenta del Gobierno, que cree que no es “bueno” repetir en Euskadi lo que está sucediendo en Cataluña. Ya el martes, el portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, había entendido los resultados como una “llamada de atención” al Gobierno central no solo por parte de Euskadi, sino también por parte de Cataluña.

Una vez más, las dudas de la oposición no han quedado resueltas con las explicaciones del jefe del Ejecutivo, ya que pocos minutos después el portavoz del PP, Borja Sémper, ha convocado a los medios para anunciar que registraba otra pregunta, esta más centrada en el voto de Urkullu sobre la autodeterminación, pero también sobre el objetivo del Gobierno en materia de autogobierno. Sémper ha dudado de la verdadera utilidad de la ponencia, sobre la que apuntó que podría ser únicamente para “maquillar la posición prefijada del PNV”, pero reconoció que sea cual sea la respuesta de Urkullu a su petición de “garantías” no abandonarán el foro de debate.

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Los socialistas, socios del Gobierno en materia socioeconómica, advirtieron al lehendakari este  jueves durante el debate de la autodeterminación que la prioridad no era esa, sino la situación económica, y le recordaron entonces que es con ellos con quien tienen amortiguada su minoría de 27 de los 75 parlamentarios. El portavoz del PSE, José Antonio Pastor, ha vuelto a insistir a Urkullu en que tienen “mucha desconfianza” en el Gobierno porque aumentan sus dudas de que el acuerdo alcanzado hace ocho meses entre sus partidos se esté realmente cumpliendo.

La portavoz de EH Bildu, Laura Mintegi, ha acusado directamente al Gobierno de no estar logrando resultados en ninguno de los tres ejes que se marcó como prioritarios, la crisis, la paz y el autogobierno. La coalición abertzale ha centrado  sus críticas en la falta de cumplimiento del calendario legislativo. Erkoreka ha reconocido que solo han elevado al Parlamento tres de los trece proyectos de ley previstos y señaló que otros cuatro están en sus últimos pasos por lo que calculó que llegarán a la Cámara en “dos, tres o cuatro meses”.

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