Camps alega que en Blasco confiaron todos los presidentes

¿Por qué no inició una investigación sobre Rafael Blasco y su consejería cuando lo denunciaron? El expresidente de la Generalitat Francisco Camps, bajo cuyo mandato se produjeron los delitos por los que han sido condenados a prisión el exconsejero de Solidaridad y la cúpula de su departamento, respondió: “Quiero recordar que el señor Blasco llevó motu proprio ese expediente a la fiscalía”. Pero el expediente era falso, se le comentó. Camps puso en duda ese hecho. Lo dice la sentencia, que lo condena por falsedad en documento público, se le aclaró. “Lo llevó creyendo en su inocencia”, insistió el exjefe del Consell. Era un expediente falso, se le reiteró. “Pero lo llevó”.

Camps se prestó este miércoles a hacer declaraciones a los periodistas en los pasillos de las Cortes Valencianas para argumentar que él siempre ha creído en la inocencia de todo el mundo, alentar a los condenados a presentar recursos contra la sentencia, indicar que “corresponde que los afectados sean los que contesten” y reiterar, una y otra vez: “No hay nada en firme, ya he dicho que no hay nada en firme”. A la pregunta de si no sospechó de Blasco respondió: “Ni yo, ni ustedes”. Y evocó hasta dos veces que Blasco desempeñó cargos con todos los presidentes autonómicos, a los que citó por sus nombres. “Lleva desde hace decenios en todos los gobiernos de la Generalitat”, señaló. “Tendrían que preguntar al señor Lerma, al señor Zaplana, al señor Olivas y a mí mismo”. No respondió cuando se le recordó que los socialistas echaron a Blasco en la época de Lerma precisamente cuando se vio implicado en un caso de corrupción.

¿Asumirá su responsabilidad en la corrupción y dimitirá de diputado? Camps respondió: “Fui elegido por el pueblo. Tengo la satisfacción de haber sido diputado por tercera vez”. El expresidente presumió de sus éxitos. “Tuve la enorme suerte de ser apoyado por la inmensa mayoría de los valencianos y de lograr un grupo parlamentario de 55 diputados”, dijo. Y se extendió en una reflexión sobre el papel de su partido, del que se mostró convencido de que volverá a ganar las elecciones en 2015. “Dentro de un año los valencianos volverán a dar la mayoría absoluta al PP. Imagínense que fuéramos gobernados por los de enfrente, todos juntos en una extraña mélange de izquierda radical”.

También surgió la pregunta de su escasa asistencia a los plenos de las Cortes Valencianas. “Yo vengo los miércoles”, alegó, para añadir que debe compatibilizar su escaño con el Consell Jurídic Consultiu, del que forma parte. “La relación entre Francisco Camps y el Parlamento es bastante intensa”, afirmó en un momento determinado en tercera persona. “Ha sido la más intensa de cualquier presidente de la Generalitat Valenciana”.

La irrupción de Camps en los pasillos dejó literalmente con la palabra en la boca al portavoz parlamentario del PP, que estaba haciendo declaraciones a los periodistas cuando huyeron en desbandada hacia el expresidente, mucho más difícil de conseguir. Bellver señaló que aunque no es firme la sentencia, Blasco “debería devolver ya su acta” de diputado.

Tras expresar el “respeto absoluto a las decisiones de la justicia”, Bellver defendió la actuación del Consell que preside Alberto Fabra en el caso que ha llevado a Blasco a la condena de ocho años de prisión. Según el portavoz parlamentario popular, la actuación del Consell “fue contundente”, porque hubo una “un cumplimiento estricto de la ley y colaboración desde el primer momento con la justicia”.

Bellver recordó que la Generalitat “se presentó como acusación particular para pedir que el dinero público defraudado volviera a la Administración y para reclamar responsabilidades”.

El presidente de las Cortes Valencianas, Juan Cotino, respondió a la pregunta de si la condena del exconsejero de Solidaridad y diputado no adscrito desde que abandonó el PP implica su salida de la Cámara, echando balones fuera. “Lógicamente, cuando la sentencia sea recibida y firme se actuará en derecho, que es como tenemos que hacer”, comentó.

En un cartel depositado por los diputados de Esquerra Unida sobre el asiento de Blasco, situado justo detrás de ellos, podía leerse, cuando iba a empezar el pleno del Parlamento: L’escó de la vergonya (El escaño de la vergüenza).