Una lectura valenciana

Por más que fueran unos comicios europeos, los resultados de las elecciones del domingo se prestan también a una lectura en clave local y autonómica, aunque sólo fuera porque, salvadas las distancias, no dejan de ser también la mayor macroencuesta de la que dispondremos antes de la próxima primavera. A partir de ahí y de la constatación de que con Podemos ha surgido con brío una nueva fuerza política es necesario subrayar que el mapa político valenciano va a ser más poliédrico aún de lo que venía dibujándose en los últimos años. La entrada en escena de Podemos es tanto más importante en la medida que no ha empañado los resultados de los otros partidos minoritarios, sino que, como mucho, ha frenado la velocidad de su crecimiento: Esquerra Unida ha ganado casi cinco puntos respecto a las autonómicas y casi cuatro sobre los resultados de las generales a nivel autonómico; Compromís ha ganado un punto respecto a las autonómicas y se ha recuperado del tradicional bajón de las generales; y UPyD ha ganado casi seis sobre las autonómicas y casi tres sobre lo obtenido en las generales a nivel de Comunidad Valenciana. Es decir, Esquerra Unida se consolida como tercera fuerza política, pero los otros tres partidos se asegurarían la presencia con grupo parlamentario propio en unas Cortes Valencianas, en las que estarían muy igualados.

La caída del PP es estruendosa, 18 puntos respecto a las autonómicas y 24 menos que en las generales a nivel autonómico. El desplome del PSPV-PSOE es más moderado, porque pierde casi seis puntos respecto a las autonómicas y saca cinco menos que en las generales en la Comunidad Valenciana. Pero el batacazo no es menos significativo, porque lejos de rentabilizar el derrumbe de sus rivales constata que su asimilación con ellos ha calado en una parte creciente del electorado. Las pérdidas y ganancias en la ciudad de Valencia serían similares, aunque con algunas particularidades. Así a pesar de que UPyD se acerque al 10% no estaría en condiciones de pactar el gobierno municipal con una Rita Barberá que a estas horas estará pergeñando una estrategia para atraerse a los votantes de Ciutadans y de Vox, ya que en el cap i casal ambas formaciones han sacado mejores resultados que a nivel autonómico con resultados por encima del 3%, seis puntos en total que podrían ser decisivos.

Por lo demás, harán un muy mal análisis quienes se autoengañen considerando a Podemos como un fenómeno pasajero fruto del tirón mediático de su líder. No sabemos qué recorrido puede tener, pero si, en tres meses y con apenas doscientos mil euros, han sido capaces de montar cuatrocientos círculos organizativos y cosechar más de un millón doscientos mil votos es porque este puñado de jóvenes ha sabido conectar con una parte del electorado de izquierdas que en los últimos comicios se quedó en casa. Las primeras palabras de Pablo Iglesias tras conocerse los resultados, dejan claro que su intención desde luego no es acomodarse en la poltrona, sino antes bien aprovechar el zambombazo que supone la obtención de cinco escaños, para lanzarse con brío a la movilización de los jóvenes y de los más castigados por los poderes oligárquicos. Tienen un año por delante y con estos resultados tendrían concejales no sólo en las tres capitales, sino también en ciudades como Gandia, Torrent y Elx.