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El 25-M derrota a populares y socialistas

La suma de los votos de los dos grandes partidos apenas supera el 50%. El bloque de centroizquierda supera a la derecha por primera vez en años

El líder del PSPV-PSOE, Ximo Puig, preside la reunión de seguimiento del escrutinio en la sede en Valencia.
El líder del PSPV-PSOE, Ximo Puig, preside la reunión de seguimiento del escrutinio en la sede en Valencia.TANIA CASTRO

Populares y socialistas han sido los grandes derrotados en las elecciones europeas, tanto si se comparan los resultados obtenidos en estos comicios con los de hace cinco años, como si el paralelismo se establece con las autonómicas de 2011. Los ciudadanos, pese a los pronósticos previos, han acudido a votar en una proporción muy similar a la de 1999. Si en aquella ocasión la participación fue del 52,8%, en esta llegó al 49,4. La Comunidad Valenciana es la autonomía donde mayor afluencia a las urnas se registró. Los electores han dinamitado el bipartito (la suma de populares y socialistas apenas superan el 50%) y han apoyado con fuerza una nueva formación política: Podemos. El partido que lidera Pablo Iglesias, sin ninguna implantación territorial, junto con Esquerra Unida, UPyD y Compromís reflejan un escenario absolutamente novedoso.

El PP ha perdido 23 puntos en relación con las elecciones europeas y autonómicas. Los socialistas tampoco salen mejor parados. Pierden 17 puntos respecto a hace cinco años y siete si se les compara con las últimas autonómicas. El PP se queda con el 29,1% de los votos y el PSPV no llega al 22%. El estallido electoral de las europeas provoca que por primera vez desde hace años el bloque de centro izquierda se imponga con claridad al centro derecha valenciano. Un dato. En 1999 solo el PP consiguió el 50,7% de los votos.

Este domingo, el centroderecha, en el que se incluiría UPyD, llegaría al 37,5% de los sufragios, mientras que el centroizquierda, pese al hundimiento del PSPV, estaría por encima del 48%. Con estos resultados las Cortes Valencianas tendrían hasta seis grupos parlamentarios con mayoría de izquierdas.

El PP ha logrado 491.044 papeletas frente a los 984.005 de hace cinco años, perdiendo más sufragios (492.961) de los que ha obtenido en las urnas. Esta sería su cruz. La cara para Alberto Fabra, que se jugaba mucho en las urnas, es que el porcentaje de votos alcanzado (29,1%) está casi tres puntos por encima de la media española. En cambio, los socialistas siguen en caída libre y se sitúan dos puntos por debajo de la media de su partido en España; aunque hay que tener en cuenta que el resultado de Andalucía (ganó el PSOE con el 35%) distorsiona la media.

Podemos y Esquerra Unida con UPyD y Compromís, los vencedores

Los socialistas tienen un agujero negro en la ciudad de Valencia donde no llegan al 17% frente al 28% del PP. Y eso que el Cap i casal ha dejado de ser un feudo conservador. Y en Alicante y Castellón apenas rozan el 20%. La buena noticia para el partido de Ximo Puig es que la distancia con el PP se ha recortado notablemente; pero la sangría de votos les obligará a hacer una seria reflexión sobre la estrategia a seguir.

Los grandes vencedores del 25-M son, aparte de Podemos, Esquerra Unida que se sitúa como tercera fuerza política, UPyD y Compromís que ha conseguido colocar al alcalde de Burjassot, Jordi Sebastià en el Parlamento Europeo. La única pega, si de tal cabe considerarla para la coalición que lideran Enric Morera y Mònica Oltra, es que, pese a su gran avance, han quedado como sexto partido en la Comunidad Valenciana, cuando en las autonómicas de 2011 fueron la tercera por delante de EU.

Con todo, los resultados de estas elecciones europeas no pueden tomarse como una foto fija que perdurará hasta los comicios autonómicos del próximo año. Podemos es una incógnita. No tiene base social ni implantación territorial, condiciones necesarias para tener alguna posibilidad de acceder a los consistorios y al parlamento autonómico.

Pero la jornada ha actuado como un poderoso sondeo con votos en lugar de entrevistas telefónicas y han venido a confirmar las encuestas que apuntaban a la pérdida de la mayoría absoluta del PP en las Cortes Valencianas y de la presidencia de la Generalitat. Una nueva mayoría, constituida por socialistas, Compromís y Esquerra Unida vendría a sustituir en el poder a los populares que han gobernado la Comunidad Valenciana desde 1995.

La crisis económica, con un porcentaje de parados superior a la media española; los escándalos políticos, dimisión de Camps de la presidencia de la Generalitat incluida; el rosario de imputados inmersos en sucesivos casos: Gürtel, Brugal, Emarsa, el despilfarro económico más el agotamiento social que produce tan largo periodo ostentado el poder han acabado por pasar factura al PP.

La izquierda se ha instalado en la antesala del Palau de la Generalitat y en el PP se abre un periodo de reflexión de consecuencias imprevisibles.

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