Forestales sin recambio
La media de edad de los vigilantes de los bosques ronda los 50 años debido a que no se convocan oposiciones desde hace más de una década
Los vigilantes de los bosques envejecen. La edad media de los 219 agentes forestales de la Comunidad de Madrid se sitúa en torno a 49 años, según datos de UGT. En alguna de las 17 comarcas en que se divide la región, como la Pedriza, se superan los 53. “Es un problema cada vez mayor, porque desde hace 11 años y cinco meses no se convocan oposiciones y hay jubilaciones y bajas, como en cualquier otra profesión, así que cada vez somos menos”, declara Miguel Higueras, representante del sindicato y agente forestal.
La última oferta de empleo, según sus datos, tuvo lugar en 2006, fecha en la que se aprobaron 10 plazas de jefe de unidad “que nunca se convocaron”. Así, el porcentaje de agentes menores de 35 años ha bajado del 25% al 0,5%. Según Higueras, dentro de cinco años cerca del 90% de la plantilla será mayor de 45 años.
El director general de Seguridad e Interior, Francisco Manuel Oliver, no comparte esa visión. En primer lugar, porque sus datos apuntan a una media menor, de 45 años, que Oliver considera “bastante positiva” sobre todo por la labor que realizan los agentes.
“El cuerpo de agentes forestales no tiene que hacer una labor que exija un esfuerzo físico excesivo, salvo para cuestiones muy específicas como incendios forestales o de trabajo en altura”, declaró en una comparecencia en la Asamblea regional en mayo. Unos cometidos de los que se encargan grupos especializados con una edad inferior, añadió. “A pesar de ello, intentaremos que esta media no suba”, prometió.
“Es una visión de nuestro trabajo asombrosa”, comenta un agente. “Es verdad que no estás picando piedra, pero tenemos que atender cualquier situación que se produce en el monte, desde un incendio hasta controlar a los furtivos, y hay que estar en forma”, señala. Recuerda también que en el examen para entrar en el cuerpo hay que pasar una prueba física. La Ley 1/2002 por la que se rige el cuerpo otorga a los agentes funciones de policía, custodia y vigilancia en materia forestal, flora, fauna, pesca, incendios y todo aquello que afecte al medio natural. También ayudan en accidentes o catástrofes.
Para Oliver, la cifra de forestales es la adecuada, sobre todo teniendo en cuenta el territorio que tienen que cubrir. “En Madrid tenemos 228 agentes para 5.300 kilómetros cuadrados y en Cataluña hay 502 para 28.700”, informó.
Un argumento que Higueras rebate, porque en la región hay un uso intensivo del medio natural. “Es mucho más sencillo vigilar un bosque al que no va nadie”, advierte. “De nada sirve proteger el territorio sobre el papel, si en el terreno no hay vigilantes para que se cumplan las leyes, porque las agresiones al campo pueden ser irreversibles”, concluye.
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