De los verdiales a Mahler
El violinista malagueño Jesús Reina reúne a jóvenes artistas de gran proyección en el Festival Málaga Clásica
“La intención es volver a las raíces, a los orígenes de la música clásica que, en la mayoría de los casos, están en el folclore”. Así explicaba el violinista malagueño Jesús Reina durante la presentación de la segunda edición de Málaga Clásica el vínculo que une estos dos géneros musicales y al que se ha dedicado este año la programación de este festival.
Para demostrar ese vínculo, la panda de verdiales de Teatinos interpretó un verdial, seguido de composiciones de Jesús de Monasterio y Sarasate tocadas a dos violes por el propio Reina y su compañera en la dirección del certamen Anna Nilsen. Así, la segunda edición de Málaga Clásica hace parada en el folclore de Hungría, Rusia, EE UU, Noruega, Alemania, Austria y España en siete conciertos que se celebrarán entre el domingo 25 de mayo y el 1 de junio en los teatros Cervantes y Echegaray de la capital.
Reina y Nilsen, directores artísticos de este Festival Internacional de Música de Cámara, han diseñado un recorrido por los vínculos entre las músicas populares y la llamada culta que apela a los verdiales y el flamenco, las danzas húngaras, las canciones y bailes rusos, noruegos o alemanes, los espirituales o el jazz. La huella que tales sonidos imprimieron en la obra de Bartók, Rimsky-Korsakov, Tchaikovsky, Gershwin, Grieg, Schubert, Brahms, Falla o Turina protagoniza unos programas que serán interpretados por jóvenes instrumentistas europeos, asiáticos y norteamericanos, una selección de prestigiosos profesionales a los que se suman grupos folclóricos de los países a los que se dedica cada jornada.
El violinista Regi Papa; los pianistas Edvinas Minkstimas, Josu de Solaun, Anna Petrova y Christopher Schmitt; los violas Chieh-Fan Yiu, Matthew Lipman y Jesús Rodolfo Rodríguez; los chelistas Dmitri Atapine, Hiro Matsuo y Carmen María Elena González; la clarinetista Christine Carter y los tenores Nils Georg Nilsen y Aurelio Gabaldón acompañan a Reina y Nilsen en los programas.
“Somos muchos los músicos clásicos y demás artistas que nos iniciamos en el folclore”, comenta Reina citando a Turina, Debussy, Grieg, Tchaikovsky, Stravinsky, Bach, Beethoven o Brahms como ejemplos de compositores que tomaron como base el folclore de su país y el de otros que consideraban exóticos como inspiración para su música.
A sus 27 años, el violinista malagueño es hoy un reputado solista que toca en el Carnegie Hall de Nueva York, en las salas de la Filarmónica de San Petesburgo, en Otawa o Londres, pero recuerda cómo de pequeño tocaba el violín con dos perchas imitando a su abuelo, que interpretaba verdiales con este instrumento por los pueblos malagueños para sacarse un dinero. Un juego que pronto derivó en pasión y que le ha convertido en uno de los violinistas internacionales más reputados del momento, avalado por nombres del peso de Yehudi Menuhin, José Luis García Asensio y Pinchas Zukerman, todos sus maestros y mentores.
El programa comienza el domingo 25 en el Teatro Echegaray con un concierto de presentación en el que se escuchará el Quinteto para piano y cuerdas en La mayor de Dvořák y el Quinteto de cuerdas en Sol mayor de Brahms. El primer país visitado es Hungría. El lunes 26 se rememorará en el Echegaray la impronta de la música zíngara en Dvořák, Ravel y Brahms, y se interpretará Contrast para violín, clarinete y piano, de Bartók.
Glinka, el padre de la música clásica rusa, encabeza el recital del martes 27 en el Teatro Echegaray. Y de Rusia hasta otro gigante, los Estados Unidos, con visitas al repertorio de tres grandes compositores de la nación norteamericana, George Gershwin, Aaron Copland y Charles Ives, y obras de Ravel y Dvořák en las que se trasluce la influencia del jazz y la música afroamericana (jueves 29, Teatro Echegaray).
Noruega y su compositor nacional Edvard Grieg protagonizan la velada del viernes 30 (Teatro Echegaray). La música folclórica alemana y austriaca está agrupada en el cartel del sábado 31 (Teatro Echegaray), con obras de Haydn, Mahler, Schumann y Schubert, piezas en las que se constata la presencia de los bailes campestres, los cuentacuentos populares y las canciones inspiradas en la tradición o la literatura germánica.
Málaga Clásica se clausura el domingo 1 de junio en el Teatro Cervantes con una muestra de la música española en la que el flamenco tiene un importante protagonismo. Las Siete canciones populares españolas, de Falla, y la Escena andaluza, de Turina, con su adaptación de los verdiales al estilo de los Montes comparten programa con una versión en ruso de Shostakovich de canciones españolas, un quinteto de Granados influido por los zíngaros húngaros y una pieza de Sarasate inspirada en su tierra.
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