“La justicia no está al servicio de los poderosos”
El nuevo presidente de la Audiencia de Castellón critica la “demoledora” ley de tasas Pilar de la Oliva le pide en su toma de posesión que sea “discreto” en el cargo
El magistrado José Manuel Marco ha tomado posesión este viernes como nuevo presidente de la Audiencia provincial de Castellón -en sustitución de Carlos Domínguez- con un discurso centrado en la labor de mejorar la percepción y opinión pública en torno a la justicia. “Es equivocado decir, como se viene haciendo, que la Administración de Justicia está siempre al servicio de los poderosos, pero es exagerado afirmar que los jueces somos el último reducto de defensa de los derechos de los ciudadanos porque aplicamos la ley que no elaboramos”, ha dicho en la ciudad de la justicia.
El nuevo presidente, miembro de la asociación Jueces para la Democracia, recalcó la idea de su esfuerzo en pro de “la igualdad de todos ante la ley” y criticó la ley de tasas judiciales aprobada por el gobierno y a la que calificó de “demoledora” porque ha provocado una “alarmante” reducción de las apelaciones en las causas civiles.
El magistrado finalizó su discurso reclamando a las administraciones más medios personales y materiales. “Si el buen funcionamiento de la justicia contribuye al desarrollo económico y también soluciona problemas de las personas y, con ello, su calidad de vida, no hay razón para que no sea objeto de la mayor atención por parte de los poderes públicos que tienen competencias para la dotación de medios”, reivindicó.
Marco fue elegido presidente por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) el pasado mes de marzo por 15 votos de los 19 posibles. La presidenta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, Pilar de la Oliva, ha manifestado que esta “amplísima mayoría” para su nombramiento ha sido “todo un acierto” y le ha pedido que sea “un presidente entregado, discreto, comprometido y dedicado”.
El nuevo presidente sustituye a Carlos Domínguez, que ha ocupado el cargo durante diez años. En su marcha admitió que fue un “error” haberse dejado ver tanto con el expresidente de la Diputación, Carlos Fabra, pero que nadie dijo que se tuviera que quedar en casa.
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