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José Blanco: “Estamos más arrugados los socialistas que la ciudadanía”

"Toda mi energía a partir de ahora la volcaré en mi actividad como eurodiputado" “Si el PP gana las elecciones europeas, creerá que le han dado un cheque en blanco”

Xosé Hermida
El candidato socialista al Parlamento Europeo en Santiago
El candidato socialista al Parlamento Europeo en Santiago ÓSCAR CORRAL

“Tengo las ambiciones colmadas, esta es la última estación de mi trayectoria política”, insiste José Blanco López (Palas de Rei, 1962). Tras ser uno de los dirigentes más poderosos del PSOE y manejar millonarios presupuestos desde el Ministerio de Fomento, Blanco asegura una y otra vez que el viaje a Europa no incluye billete de vuelta. “Toda mi energía a partir de ahora la volcaré en mi actividad como eurodiputado”, asegura el candidato de los socialistas gallegos, número 10 en la lista del PSOE.

Pregunta. Usted es un político con mucha experiencia, algo que antes era un aval, pero que en el contexto actual puede restar más que sumar.

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Respuesta. El grado de aceptación que encuentro en el contacto con las personas es una de las grandes satisfacciones de esta campaña. Creo que está más arrugado el partido que la ciudadanía. A la ciudadanía le gusta ver un partido con determinación y ganas, en un contexto en el que hay una gran preocupación por la situación social y económica, que forma parte de todas las conversaciones con la gente.

P. ¿No nota la desafección?

R. Lo que veo es preocupación. La gente nos pide compromisos para salir de una situación de asfixia económica y angustia personal, en algunos casos dramática. La gente muestra escepticismo en que la política le pueda resolver los problemas. Por eso nuestro deber es tratar de responder con aquello que se puede hacer sin generar falsas expectativas.

P. Habrá quien piense que usted se busca un retiro dorado.

R. Eso es lo que tratan de plantear algunos para descalificarme. En mi vida política, con aciertos y errores, solo he hecho una cosa: trabajar. Y comprometerme con mi país, con Galicia. De ello di pruebas cuando tuve responsabilidades de Gobierno y las volveré a dar en el Parlamento Europeo. Quiero formar parte allí de una nueva mayoría para influir en ella. Es lo que necesita Galicia: personas con capacidad de influir en mayorías que puedan cambiar las políticas.

P. ¿Qué puede aportar?

R. Experiencia política, la relación que tejí como presidente del Consejo Europeo de Transportes durante la Presidencia española de la UE y esa influencia en una nueva mayoría. De lo que está harta Galicia es de voces testimoniales. Y lo que necesita es capacidad de influir en las decisiones.

P. ¿Qué problemas de Galicia piensa llevar al Parlamento?

R. Hay asuntos transversales muy importantes para Galicia. La prioridad es que Europa responda al desafío de la creación de empleo. O Europa devuelve la esperanza a la gente o la gente perderá definitivamente la esperanza en Europa. Se necesitan políticas de estímulo, inversión en sectores productivos para generar actividad económica, un plan de choque contra el paro juvenil, aumentar el peso de la industria en el PIB… Y al hablar, por ejemplo, de la industria, hablamos de sectores muy importantes para Galicia como la automoción o el naval. Luego hay políticas como la agraria o la pesquera en las que Galicia se lo juega todo: un reparto de cuotas más beneficioso, un reparto racional de las subvenciones agrarias… Revertir algunas situaciones lesivas para Galicia forma parte de mis objetivos políticos.

P. ¿Hemos aprovechado bien los fondos europeos?

R. Probablemente no supimos aprovechar esos recursos para cambiar el modelo productivo y ser más competitivos. Hubo una dispersión de recursos en sectores que no aportan valor añadido a nuestra economía. Hemos perdido bastante tiempo. Cuando Fraga llegó a la Xunta, hizo un diagnóstico sobre los problemas de Galicia y, 25 años después, siguen siendo los mismos. Vamos a tardar en recuperarnos, porque Galicia se está desangrando por todas partes, y el Gobierno de Feijóo no es capaz de parar la hemorragia. Lo demuestran todos los indicadores, por mucho que Feijóo saque pecho: más paro, más precariedad, jóvenes que se marchan…

P. Las encuestas dicen que el PP vuelve a resistir mejor aquí.

R. Ya ocurrió en las anteriores elecciones. El PP está intentando que no haya campaña, hasta han situado los debates en el segundo canal de TVG a horas que no hay audiencia. Creen que cuanto menos gente participe, mejor les irá. Pero todas las encuestas dicen que cada día es peor el descontento con la gestión de Feijóo. Por eso hay que activar a los gallegos, porque si no el PP creerá que tiene un cheque en blanco para legitimar sus políticas.

P. En plena campaña han salido noticias que arrojan sospechas sobre su gestión en Fomento: sobreprecios en obras, la imputación de la antigua cúpula de Adif por el accidente de Angrois...

R. Lo que salido de los sobrecostes del AVE no tiene nada que ver con mi mandato. En diciembre de 2010 yo saqué una orden, completada con la Ley de Economía Sostenible, donde se limitaban al 10% del coste total de la obra los modificados, que antes podían llegar al 20%. Fui el primer ministro que tomé decisiones para evitar los sobrecostes, que tenían mucho que ver con proyectos que venían de antes y estaban mal hechos. En cuanto al accidente, estoy convencido de que los técnicos de Adif tomaron todas las decisiones conforme a la legalidad y las normas de seguridad. Ocurrió así durante el proyecto de realización de la obra y cuando —ya con la ministra Pastor— cuando se puso en marcha el tren y se autorizó la desconexión del ERTMS [sistema de control avanzado de velocidad]

P. ¿No ha roto el accidente de Angrois la buena imagen que se tenía de su gestión con Galicia desde Fomento?

R. En relación a la alta velocidad, lo único que hice fue priorizar la inversión y hacer la mayor licitación en menos tiempo en una comunidad autónoma de España. Tengo la conciencia tranquila: he cumplido con mi deber y con mi compromiso con Galicia.

P. ¿Por qué Felipe González apoya justo ahora la idea de una gran coalición con el PP?

R. Lo de la gran coalición es una quimera. Hacer ese planteamiento es traicionar a una mayoría social de progreso, incompatible con la forma de ser, pensar y actuar del PP. Lamento profundamente que Felipe González picara en una estrategia del PP que debilita al PSOE.

P. En toda Europa hay una crisis de identidad de la socialdemocracia. En Alemania pactan con Merkel y en Francia abandonan su programa.

R. Hay una crisis en Europa que provoca la mayoría conservadora que gobierna la UE. La troika impone una medicina que solo pretende debilitar el Estado de bienestar. Tratan de dar una vuelta de tuerca con exigencias sobre el déficit que obligan a los Estados a debilitar las políticas a las que son más sensibles los socialistas. Por eso lo que hay cambiar es Europa. De otra manera, nos seguirán imponiendo lo mismo y no quedará más salida que o abandonar este club —que cada vez se parece más a un club privado de intereses— o aceptar las reglas. Lo mejor es continuar en el club cambiando las reglas y volver a los objetivos fundacionales de la UE, abandonados porque algunos han visto la oportunidad de hacer negocio debilitando el Estado de bienestar.

P. En los últimos años costaba distinguir entre los comisarios conservadores y un socialista como Almunia.

R. Insisto. Los comisarios actúan con las directrices que marcan los que deciden la política europea y los lobbies a los que responden. Poco se puede hacer si no se cambian los objetivos y las prioridades. Pero no fue lo mismo un presidente socialista como Jacques Delors, que impulsó la Carta Social, el programa Erasmus y el Libro Blanco sobre el Empleo, que Durao Barroso, que favorece a los países del Norte contra los del Sur e impone una agenda sobre el déficit con consecuencias dramáticas. No somos lo mismo, aunque algunos pretendan que se crea eso para despertar antipatía hacia los socialistas y que siga gobernando la derecha

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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