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Marcial Dorado dice que invertía con préstamos suizos porque era más rentable

“Los banqueros de Suiza vinieron hasta Galicia para comprobar que el dinero que manejaba y mis empresas eran legales”, declaró el contrabandista gallego durante el juicio por blanqueo

Marcial Dorado durante el juicio
Marcial Dorado durante el juicioFernando Villar (EFE)

La cuarta jornada del juicio contra Marcial Dorado y 15 presuntos colaboradores de su entramado empresarial ha continuado con el turno de las defensas que interrogaron de forma exhaustiva al famoso contrabandista gallego después de que lo hiciera la víspera la fiscal. La estrategia de los letrados se centró en desmontar los argumentos de la acusación de que los 21,8 millones intervenidos en dinero y propiedades provienen del tráfico de drogas.

Dorado volvió a proclamar su inocencia y a repetir que toda su fortuna la hizo como comisionista de las principales multinacionales tabaqueras que le servían cajetillas de distintas marcas en puertos francos y que le pagaban un rápel en mercancía. “Yo luego lo vendía legalmente y no me preocupaba de los embarques ni nada más”.

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Admitió que el dinero se ingresaba en bancos en Suiza y desde allí se transfería a sus empresas, principalmente a la matriz Programallo, con domicilio social en Vilagarcía, para invertir en negocios de inmobiliarios, gasolineras, mejilloneras, bodegas y ferreterías. “La mayoría eran préstamos porque los pagaba al uno por ciento y era eso más rentable que retirar depósitos al 4 ´0 6 por ciento que me daban de intereses”, incidió Marcial.

“Todas las transferencias estaban controladas por el Banco de España y los bancos suizos se fiaban de mí porque habían enviado gente a Galicia para comprobar que mis empresas eran legales y mi dinero de procedencia lícita”, le aclaró al tribunal. “Cuando en Suiza ya no se admitían grandes cantidades en cash, el dinero se llevaba a Andorra y de allí a Ginebra, pero siempre se ingresaba en bancos y no se trasladaba en maletas ni en bolsas, eso son mentiras y falsedades para engordar las cosas”, dijo en alusiones a los informes del Servicio de Vigilancia Aduanera. El acusado denunció que el origen de esta causa está en las amenazas de un agente de Aduanas que “en una ocasión me pidió dinero y como no se lo di, porque yo no me dedicaba a nada raro, no le hice caso, pero al final cumplió su amenaza y ahora estoy aquí”.

También en relación con las embarcaciones construidas por él en los Astilleros Hércules de Ferrol, Dorado dijo que siempre había estado investigado por Aduanas y que incluso le pinchaban los barcos. Uno de ellos, el Oratus, que utilizaba en sus escapadas a Ibiza para llevar a sus amigos y que está inmovilizado por orden judicial en esta causa, “el electricista se dio cuenta de que en medio de los cables había 3 balizas para poder controlar sus movimientos”.

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También Dorado dedicó parte de su interrogatorio para descalificar al matrimonio Zabala, acusados claves en este proceso como colaboradores de su entramado económico y que han declarado como testigos de cargo de la fiscalía. Lamentó la confianza puesta en la gestora y en el guardia civil después de que este declarase contra él por tentativa de cohecho por lo que fue condenado aunque luego se desdijo de las acusaciones ante notario y les acusó de haberse quedado con un edificio en Málaga propiedad de Programallo. El abogado de Marcial dio un repaso a su historial y recordó que sus únicos antecedentes fueron la redada del tabaco en 1983 y su detención en la operación Nécora, de las que salió sin cargos, para ser condenado luego por intento de cohecho y colaboración en el narcotráfico por la venta de un barco “que fue mi desgracia”, apuntó el contrabandista.

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