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Robert Bosch plantea 220 despidos y Oberthur cerrará

La planta de Castellet i la Gornal está en venta y la de La Palma de Cervelló se deslocalizará

Pese a los buenos datos publicados el pasado martes sobre el paro registrado, el goteo de despidos no se detiene. El fabricante de componentes para automóviles Robert Bosch y el de tarjetas de crédito Oberthur han anunciado a sus trabajadores la intención de prescindir de personal: 220 empleos en la planta de Castellet i la Gornal y 61 (la totalidad) en la de La Palma de Cervelló.

Robert Bosch ha comunicado a los sindicatos su intención de recortar paulatinamente la plantilla de la fábrica barcelonesa de los 400 empleados actuales a "unos 160 o 180". El presidente del comité de empresa de la planta, Carlos Teruel, de UGT, ha explicado que el anuncio se produjo el pasado 6 de mayo durante una reunión en Madrid con la dirección estatal de la multinacional, y que la compañía aún no ha concretado cómo piensa llevar a cabo este ajuste de plantilla al que se opone el comité. La planta catalana de Bosch vive angustiada sobre su futuro desde que el pasado marzo la matriz les hizo saber que está dispuesta a vender la planta si encuentra comprador. Además, desde octubre la dirección empezó a ofrecer bajas incentivadas, una opción a la que se han acogido 60 personas.

El presidente del comité de empresa ha precisado que la multinacional quiere además reducir costes un 26% y recortar ese número de puestos de trabajo paulatinamente hasta el año 2018. En la fábrica de Castellet se producen motores y otras piezas para los limpiaparabrisas de vehículos.

En un comunicado, la UGT ha defendido el mantenimiento de los empleos en la fábrica y ha explicado que el miércoles y el jueves se celebraron asambleas informativas en la fábrica en las que se pactó, por amplia mayoría, iniciar paros parciales de dos horas por turno el próximo 15 de mayo.

También han convocado huelga para el 14, 15 y 16 huelga los empleados de Oberthur de La Palma de Cervelló. La empresa ha presentado un ERE de extinción para despedir a toda la plantilla (61 personas) y trasladar la producción a Francia y China. La firma, que plantea una reorganización del grupoque afectará también a las plantas de Francia y Reino Unido, argumenta que para fabricar tarjetas con chip y las últimas tecnologías precisaría una inversión de 1,9 millones. Y que además cerrando se ahorra una inversión de 3,4 millones.

Pero los trabajadores, sin representación sindical, mantienen que este es un ERE que no se debe a la situación económica de la firma, sino "por negarse a invertir y facilitado por la reforma laboral", en palabras de una de las representantes de los trabajadores que negocian con la dirección. "Lo que quieren es centralizar la producción, porque además de la fábrica de La Palma cierran otras en Francia e Inglaterra", añade.

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El abogado Jordi Vidal, del Col.lectiu Ronda, critica la actitud de la empresa, de la que asegura que afirma que la decisión es "irreversible". "Este ERE no sería posible sin la actual legislación, porque tienen beneficios y debería pasar la autorización de la administración, que no se la daría", mantiene. "No hay causa para cerrar, la causa es ganar más dinero", zanja.

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