La dificultad de justificar a los imputados

En el seno del PP las líneas rojas contra la corrupción marcadas por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, se han vuelto difíciles de explicar. La razón está en que cada situación ha acabado por tener su propia singularidad. Tantas como imputados.

Y esa situación ha provocado que el vicepresidente y portavoz del Consell, José Ciscar, tenga auténticos problemas en sus comparecencias para intentar explicar por qué los imputados no son buenos para estar en las Cortes, pero sí al frente de los ayuntamientos.

En este contexto, ayer, el portavoz del Gobierno valenciano intentó trasladar la idea de que hay una “visión distorsionada” de las dimisiones de los diputados populares imputados por corrupción. “A los imputados les interesa que sus casos se vean lo antes posible. Que se hable de que dimiten para dilatar los procesos es una percepción errónea”, argumentó Ciscar. Sin embargo, cuando se le recordó que la alcaldesa de Novelda y exconsejera de Turismo Milagrosa Martínez —procesada en el caso Gürtel por adjudicar los pabellones de la Generalitat en Fitur a Orange Market— dimitió de su escaño apenas diez días antes de que se iniciase el juicio oral en el que podía demostrar su inocencia, Ciscar volvió a cambiar de argumento. “Son decisiones personales. Seguro que hay una razón personal”, insistió, “porque si una persona tiene aspiraciones de repetir [en una candidatura política] lo que quiere es que se aclare cuanto antes su situación”.

Tampoco supo aclarar el portavoz del Gobierno valenciano por qué los ciudadanos no se merecen tener imputados en el Parlamento pero sí al frente de los ayuntamientos. Ciscar alegó que, a diferencia de Martínez, la alcaldesa Sonia Castedo no está procesada, es decir, que no se le ha abierto un juicio oral por el caso Brugal. “El presidente [Fabra] estableció una incompatibilidad entre ser diputado y estar a punto de sentarse en un juicio oral. Castedo no está procesada y, por tanto, no hay ninguna contradicción”, indicó. Para el resto de cuestiones se atrincheró en la autonomía municipal.

La alcaldesa de Alicante registró ayer su renuncia al escaño del PP en las Cortes Valencianas. En el escrito aleja razones “personales”, pero no hay ni una sola referencia de agradecimiento hacia la dirección del partido o del grupo parlamentario, como sí la hubo en la renuncia de Martínez, que sigue al frente de la alcaldía pese a estar procesada. Castedo, además, cederá la vara de mando durante su baja por maternidad al edil Andrés Llorens, que también está a la espera de juicio oral por prevaricación y falsedad documental.