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PSOE y PP escenifican su pacto en Vigo a un año de las municipales

Los populares justifican su apoyo a Caballero por “responsabilidad con la ciudad”

Protestas de los vecinos durante el pleno
Protestas de los vecinos durante el pleno LALO R. VILLAR

El sorprendente pacto entre el PSOE y el PP de Vigo es ya una realidad. Tras cinco semanas de negociaciones que culminaron en marzo, los presupuestos municipales de 2014 del gobierno que lidera en minoría el socialista Abel Caballero superaron ayer su primera votación, en un bronco pleno con un resultado de 24 votos a favor y tres en contra, los del BNG. Se consumó así una alianza a un año de las elecciones municipales que comenzó a fraguarse hace meses, tras un paulatino acercamiento del PP a los socialistas, y que se aceleró cuando los nacionalistas, con los que el PSOE pactó las cuentas de los seis últimos años, anunciaran su rechazo a negociar las correspondientes al presente ejercicio.

Socialistas y populares unieron no solo sus votos, sino también las críticas a los nacionalistas, a los que ambas formaciones recordaron sus acuerdos con el PP de Corina Porro a mediados de la pasada década. “Usted calla sobre los tres años que gobernaron en la sombra con el PP, apoyando todas las políticas que la señora Porro puso en marcha”, acusó la teniente de alcalde, Carmela Silva. El portavoz municipal del PP, Chema Figuera, afeó al Bloque sus críticas a su partido cuando “hace 10 años le dio la alcaldía al PP”. Iolanda Veloso, del BNG, acusó al PSOE de pactar “con el partido de los recortes”.

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La intervención de Figueroa añadió pocos argumentos para el radical cambio de estrategia de su formación política a los ya esgrimidos en las últimas semanas. Así, afirmó que su grupo decidió apoyar los presupuestos “por responsabilidad con Vigo y con los vigueses”. “La confrontación no es buena para la ciudad”, apuntó el también presidente local del PP, que acusó al BNG de tratar de “chantajear” al gobierno municipal. Y, en referencia a los nacionalistas, afirmó que la ciudad “tiene que tener estabilidad, no apoyar a un alcalde y luego dejarlo tirado”.

La aprobación se realizó en un pleno cargado de tensión, en el que se sucedieron los gritos y las acusaciones entre partidarios y detractores del acuerdo presentes en el salón de plenos. Los primeros, entre los que abundaban de sindicalistas de la CIG, gritaban “Que se besen, que se besen”, “Vivan los novios” y “Sí, sí, sí, a CIG está aquí”, a lo que replicaban sus oponentes con consignas como “Vigo sí”. El alcalde advirtió en varias ocasiones al público que no lograría parar el pleno y acusó a sus opositores de ser miembros de “un partido político antivigués”, en alusión al BNG, y de estar “convenientemente dirigidos” para “reventar un acto democrático”. Al salón de plenos llegaban otras protestas desde el exterior del Ayuntamiento, como las mantenidas por un colectivo vecinal, un grupo de apoyo a los derechos sociales y una plataforma contra los abusos bancarios, entre otras.

La socialista Carmela Silva defendió los presupuestos, que ascienden a 228 millones de euros, como “los más sociales” de la historia de Vigo. “Es difícil de comprender que alguien deje de aprobarlos”, afirmó, para sostener a continuación que el BNG no lo hace “porque sus jefes no les dejan”: “¿Cómo van a explicar a los vigueses que votaron seis presupuestos y no los más sociales?”. Silva reconoció al PP por “entender que no podía estar del lado de los ignorantes”, y añadió: “Tengo que decir que el PP no nos pidió nunca ningún recorte social, el BNG sí, en anteriores presupuestos”. “Engañan a sus votantes y traicionan a la izquierda y a los vigueses”, añadió. Veloso tildó el acuerdo entre PSOE y PP de “pacto de silencio”, en alusión a la ausencia de declaraciones de ambos partidos respecto a la Operación Patos, que investiga supuesta corrupción. La portavoz del BNG afirmó que los presupuestos “no atienden a las personas con más necesidades” y recriminó al PSOE por demostrar con el acuerdo con el PP que “no cree en las políticas de izquierdas”. Según la nacionalista, el pacto servirá “para usar el dinero de los vigueses para hacerse fotos con fines electorales”.

Nuevo orden municipal

Las semanas transcurridas desde que se ultimó el acuerdo entre PSOE y PP han permitido advertir un nuevo orden municipal. Como se volvió a comprobar ayer, Abel Caballero ha rebajado el tono hacia los populares, objeto durante los últimos siete años de durísimas acusaciones. El “antiviguismo” que le atribuía el alcalde y sus concejales se esgrime ahora ante el BNG y la Xunta de Alberto Núñez Feijóo, contra el que no escatima críticas el alcalde. De forma voluntaria o involuntaria, el Bloque se ha quedado aislado, una situación que su portavoz trata de aprovechar en beneficio del perfil “de izquierdas” de su formación. Socialistas y populares se emplearon ayer con extrema dureza contra el Bloque, que carga ahora con la acusación de anteponer sus intereses “de partido” a los de Vigo.

El PP local, mientras, no se limitó en el pleno a votar a favor de los presupuestos de Caballero, sino que salió en defensa del gobierno municipal al denunciar el intento de "chantaje" al que, acusó, le sometieron los nacionalistas. Su portavoz, Chema Figueroa, desdeñó incluso el apoyo que le prestó el Bloque a Corina Porro, cuando él ejercía de número dos del ejecutivo local. Las pésimas relaciones entre Caballero y Feijóo son, por lo tanto, el único nexo con el pasado.

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