Los sindicatos siguen más separados que nunca en la fase clave de la crisis
ELA opta por la “confrontación” y LAB le propone ir de la mano
Bilbao ha proyectado esta mañana la imagen de la división sindical existente en Euskadi. Estaban prácticamente todas las centrales concentradas en puntos de la Gran Vía, muy cercanos entre sí, pero esa proximidad no hizo la unión. No coincidieron en los mensajes ni en las propuestas, y evidenciaron que sus estrategias de lucha obrera son divergentes. El Primero de Mayo ha puesto al descubierto la pugna intersindical y la existencia de dos grandes bloques que se dan la espalda: CC OO y UGT, por un lado, y ELA y LAB, por otro. Los primeros reivindicaron políticas que permitan crear “empleo de calidad” y el restablecimiento del diálogo social para acabar con la conflictividad laboral existente. El sindicato mayoritario insistió en que no está por la interlocución entre los agentes sociales y sí buscará la “confrontación”. Y LAB le lanzó un envite para formalizar una “unidad de acción” entre las dos organizaciones nacionalistas. Además de estos sindicatos, también salieron a las calles bilbaínas USO, la CNT, ESK, STEE-EILAS y CGT, así como la plataforma electoral Recortes Cero.
Adolfo Txiki Muñoz, al frente de una marcha con 10.000 personas —según cifras de la organización— que discurrió con el lema A la calle a favor de nuestros derechos. Organización y lucha, advirtió de que no participarán en una mesa de diálogo social porque es “una jaula para el movimiento sindical” y solo persigue que las centrales den cobertura a las políticas del Gobierno de Urkullu “a cambio de financiación”.
En otros términos, su homóloga de LAB, Ainhoa Etxaide, rechazó un diálogo social “general o parcial” si antes no se produce un giro en las políticas gubernamentales: “Con las posturas actuales del Gobierno vasco, en ningún caso vemos la posibilidad de conseguir una transformación a partir del diálogo social”, afirmó antes de comenzar la manifestación.
Sortu acusa a Urkullu de plegarse a Bruselas y a Madrid
El dirigente de Sortu Joseba Permach ha acusado al lehendakari, Iñigo Urkullu, de presentar "casi semanalmente" planes "viejos" y "caducos" envueltos en "celofán" para "aparentar que está haciendo algo" ante la crisis, pero sin dotarlos de "financiación" y sin "ningún tipo de planteamiento nuevo", informa Efe.
Permach ha apuntado, minutos antes de participar en la manifestación por el Primero de Mayo celebrada por LAB en San Sebastián, acompañado de otros dirigentes de la izquierda abertzale, que el Gobierno de Urkullu "no está haciendo otra cosa que cumplir a rajatabla las restricciones y los recortes que vienen y se deciden en Bruselas y Madrid", algo que ha atribuido al hecho de que Euskadi "no tiene derecho a decidir sus políticas económicas y sociales". "Hay que tomar ya medidas en otra dirección, precisamente en la construcción de un nuevo modelo social y económico para Euskal Herria".
En Euskadi, el sistema de relaciones laborales “amenaza ruina”, según Unai Sordo, responsable de CC OO en Euskadi, por la actitud “condescendiente” del Gobierno vasco y “absolutamente irresponsable de las organizaciones empresariales” que están aprovechando la crisis como “coartada para debilitar los salarios” y seguir “cegados por la avaricia de la reforma laboral”.
Sordo acusó a los sindicatos nacionalistas de “enterrar” y “echar paladas de tierra” sobre el marco de relaciones laborales “por intereses inconfesables”, aunque más adelante señaló en su discurso, y en alusión a ELA, que esta organización “bloquea los convenios sectoriales con políticas de radicalidad aparente para ganar afiliados en las empresas y convertirse así en un lobby político”. Y al Gobierno vasco, le advirtió de que deje de ser “preso de los miedos a las propuestas sindicales de ELA”.
Raúl Arza, secretario general de UGT-Euskadi, dijo no entender “cómo vamos a poder solucionar los problemas sin diálogo, con las excusas por parte del Gobierno vasco y los vetos de algunos [sindicatos], que solo quieren que nos sentemos para darles la razón”. El desbloqueo de la negociación colectiva fue una de sus principales demandas lanzadas al resto de sindicatos. Arza aseguró que “no nos resignamos a que más de 250.000 trabajadores vascos no tengan negociadas sus condiciones laborales”. Por ello, mostró su disposición a “arrimar el hombro” con el Ejecutivo autónomo para dar “prioridad” a lo urgente, esto es, “las políticas de empleo, la reactivación económica y el afianzamiento del tejido productivo industrial”.
Esta suerte de melé sindical por las calles de Bilbao no propició el acercamiento entre sindicatos. Por más que LAB esté dispuesta a unir fuerzas con ELA, Muñoz reconoció que la falta de alianzas sindicales en un “hándicap” y, sin citar a LAB, señaló que “la alianza depende de la autonomía política” de las centrales: “Si se busca para reforzar posiciones políticas que relativizan lo sindical y lo social, entrando en un trueque en el que lo nuestro no entra nunca, nosotros no vamos a estar y lo sentimos, porque nadie más que nosotros quiere la alianza”, manifestó Muñoz.
En las diferentes manifestaciones participaron afectados por los despidos en Fagor y Edesa, la plataforma de afectados por la hipoteca, o un grupo de trabajadores de Radio Euskadi descontentos por la oferta de empleo público que va a convocar la dirección de EiTB.
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