Los datos “empíricos” de Sant Jordi

El éxito de una convocatoria se mide en cifras: De ventas, de asistencia, de impacto... Hasta este año, el resultado final de Sant Jordi, en lo que se refiere al mundo de los libros, era una lista de los 10 libros más vendidos durante la jornada, en la que figuraban los títulos y sus autores, cinco en castellano y cinco en catalán. Pero una jornada tan intensa necesitaba un mayor balance y más datos empíricos.

Eso es, a priori, lo que pretende el llamado “Brindis de Sant Jordi”, un encuentro, que quiere ser anual, promovido por el Departamento de Cultura que dirige Ferran Mascarell, junto al Gremio de Libreros y el Gremio de Editores de Cataluña, en la que todos los implicados en el sector se encontraron ayer para hacer balance, pasados cinco días de la fiesta. Pero las cifras brillaron por su ausencia.

Tras la intervención de Mascarell, de Antoni Daura, presidente del Gremio de Libreros y de Daniel Fernández, presidente del Gremio de Editores, el único dato aportado era que los títulos vendidos —número de libros de los cuales se vendió, al menos, un ejemplar—, fueron 22.571; que la facturación había aumentado un 5% con respeto al año anterior, y que los 10 libros más vendidos representan solo el 7,26% del total de venta. Nada más.

Tras el brindis, en el que participaron un centenar de personas en el Palau Marc de La Rambla, Daura, que había explicado que: “Después de unos años de retroceso este año se ha llegado a un punto de inflexión en la ventas”, aportó otros datos. Calculando el 5% más de ventas, determinó que la facturación ascendió a 19,3 millones, y teniendo en cuenta que el precio medio de un libro (de literatura) es de 12 euros, calculó, con ayuda de calculadora que la cifra de libros vendida en Sant Jordi fue de 1,6 millones de libros. “Es la primera vez que se ofrecen datos empíricos”, aseguró Daura tras el cálculo.

Por su parte, Fernández, el presidente los editores, tras valorar la jornada de forma positiva la jornada aseguró que “el sector debe ser capaz de reinventarse" y ha apostado a favor de "unas reglas del juego claras y aplicadas con rigor, evitando malas prácticas y el intrusismo profesional”. Delante de Mascarell pidió también “líneas de financiación específicas más claras para el sector” y que “no se baje la guardia ante un único día al año de buenas ventas. Se ha dejado de cavar el pozo”, explicó Fernández durante su discurso en el que pidió a Mascarell “que este primer brindis de hoy no sea un brindis al sol y que las buenas ventas hayan sido el aperitivo de una cierta recuperación”.

El acto ha servido para ratificar la clasificación de los libros más vendidos, a partir del informe de ventas de LibriData, que ya incluye los datos de los 220 puntos de venta a pie de calle, que no se tuvieron en cuenta en la primera valoración. En esta lista los vencedores son: En ficción en catalán: L'analfabeta que va salvar un país (La Campana), de Jonas Jonasson y en castellano Las tres bodas de Manolita (Tusquets), de Almudena Grandes. Mientras que en no ficción en catalán: Cuina amb Joan Roca (Planeta), y no ficción en castellano Yo fui a EGB, (Plaza & Janés), de Javier Ikaz y Jorge Díaz, que desplazó en el primer puesto de la lista dada la primera tarde al libro de Pilar Urbano sobre el 23F.

Según el informe de LibriData el 54,69% de ejemplares estaban escritos en catalán por el 45,31% en castellano. Entre los objetivos de Mascarell está conseguir que los índices de lectura en Cataluña, de un 65% acaben como los de la media europea, que están en un 68%. Inalcanzable le debe parece el 90% de Suecia.