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Cinco de los ocho concejales del PSPV de Alicante están expedientados

Los líos internos se suceden en la agrupación desde la derrota en 1995

Cinco de los ocho concejales que el PSPV tiene en la ciudad de Alicante han sido expedientados por el partido durante esta legislatura. El último alboroto vivido por los socialistas en la capital alicantina, donde la concejal Ana Paula Cid denunció la “falta de dirección” y “la escasa actividad” del grupo municipal, ha tenido eco a niveles provinciales y ha hecho sonar las alarmas en las filas socialistas hasta el punto de que la secretaría provincial ha advertido que “no se puede desacreditar la marca del PSPV”.

Que los trapos sucios se laven en casa es algo que no practican en exceso los socialistas alicantinos. Los líos de la agrupación se suceden casi desde que perdieran en 1995 la ciudad tras tres lustros de gobierno. Aunque, quizás, sea en esta legislatura —con una alcaldía del PP en sus peores horas— cuando más llaman la atención: en varias ocasiones se ha roto la disciplina de voto; Elena Martín está desaparecida tras encabezar la candidatura municipal; el que fuera su hombre de confianza, Gabriel Moreno, anda haciendo oposición por su cuenta y denunciando que el equipo de prensa trabaja para el actual secretario local y no para el grupo municipal, etc.

“Lo ocurrido la pasada semana afecta a la marca del PSPV y no nos lo podemos permitir”, consideró este martes Gabriel Echávarri, secretario general del partido en Alicante, sobre las quejas de Ana Paula Cid. A Echevárri, como a David Cerdán, secretario provincial, les han llegado distintas voces de compañeros de formación lamentando que la mala imagen del partido en la capital alicantina se extienda como una mancha de aceite a otras agrupaciones, más a un mes de votar en las elecciones europeas.

El partido teme que el descrédito de la formación alcance a toda la provincia

“Lo que no es normal es que cualquier discrepancia se solucione a golpe de expediente”, replicó también este martes el concejal Gabriel Moreno, quien ya lleva tres acumulados. Moreno, quizás, sea el caso más paradigmático del cainismo que reina en la agrupación alicantina: empezó la legislatura de portavoz adjunto y candidato a la secretaría general para acabar expedientado varias veces y sin dedicación exclusiva.

En el último expediente que le abrió la dirección local, estuvo acompañado por la mitad de los socialistas. Se les achacó haber roto la disciplina durante un pleno en el que se votó una moción presentada por Esquerra Unida (EU) para auditar la deuda del Ayuntamiento.

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Moreno, junto a Martín y otros dos ediles, votaron a favor en una cuestión que el PSOE ya votó en contra hace más de un año en el Congreso de los Diputados. El comité local llegó a pedir entonces la expulsión de Martín y Moreno por reincidir.

Varios ediles han roto la disciplina de voto en el pleno municipal

“Lo que no soportan es el resultado de la asamblea con la que llegó al poder Echávarri”, dice una voz autorizada sobre los expedientados. El grupo municipal se conformó tras las elecciones de 2011 y seis meses antes de que el 70% de los votos de la agrupación se decantaran por Echávarri frente a Moreno.

Este se presentó a las elecciones para la secretaría local enarbolando la bandera contra la corrupción y considerando la lista de Echávarri como parte del aparato socialista relacionado con el dirigente Ángel Franco. El exsenador aparece en las escuchas del caso Brugal departiendo amistosamente con Enrique Ortiz, uno de los supuestos cabecillas de una trama que habría trucado los planes urbanísticos del Ayuntamiento en favor de intereses privados.

Entretanto, la secretaría provincial actúa de cortafuegos. David Cerdán advierte que ha sido un error el modo en el que Ana Paula Cid destapó de nuevo la caja de los truenos de la agrupación alicantina, pero también avisa de que el rendimiento del grupo municipal “es mejorable”. Los socialistas quieren evitar el descrédito en Alicante, ciudad necesaria para llegar a la Generalitat en 2015. Y como dijo un dirigente en la última asamblea local: Si Alicante estornuda, la provincia se resfría. De momento, más de la mitad de la bancada municipal está expedientada.

Ana Paula Cid, la concejal que volvió de baja y se indignó

R. E., Alicante

Verbalizar lo que piensan varios de sus compañeros de grupo puede costarle la suspensión de militancia a Ana Paula Cid, como desearía la Ejecutiva local de su partido, que le abrió un expediente que se resolverá en Valencia. La concejal de Alicante y también diputada provincial se “indignó” el pasado miércoles al percatarse de que ni el portavoz, Miguel Ull, ni su adjunto, trabajaron en una semana en la que había Junta de Gobierno Local.

Cid expresó entonces su malestar a los periodistas presentes en el Consistorio. No era “una cuestión puntual”, llegó a decir tras calificar la situación del grupo de “lamentable”. “Así nadie soporta 15 meses” hasta las elecciones, abundó. Aquel día solo aparecieron por la oficina, siendo laborable, María Dolores Fernández, afín al portavoz, y Gabriel Moreno, sin dedicación exclusiva.

Cid regresó en enero de una baja de dos años tras luchar contra un cáncer. Licenciada en Medicina, está es su primera legislatura. Cobra de la Diputación, donde sus compañeros la describen como “trabajadora”, “una persona que está en la calle”.

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