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Euroentusiamo y eurofrustración

Cuatro diputados catalanes en Bruselas que han dejado el escaño dialogan sobre el futuro de la Unión Europea, los retos pendientes y sus partidos

Los eurodiputados Sedó, Badia, Obiols y Romeva, en una reunión con Mas y el consejero Mas Colell, en septiembre de 2013.
Los eurodiputados Sedó, Badia, Obiols y Romeva, en una reunión con Mas y el consejero Mas Colell, en septiembre de 2013. María Valerón/ Efe

Maria Badia, Raimon Obiols, Raül Romeva y Salvador Sedó tienen en común que han sido eurodiputados al menos en una legislatura y que hace unos días dejaron el escaño por causas diversas. Su visión de la Unión Europea y de la nueva etapa que se abre tras las elecciones del 25 de mayo no coincide, como quedó claro la semana pasada en un almuerzo convocado en Bruselas por la oficina en Barcelona del Parlamento Europeo.

Romeva es el más escéptico. “Era un euroentusiata y ahora soy un eurofrustrado. A la Unión Europea le falla el sistema operativo, debe cambiar el software, porque la percepción que tiene la ciudadanía es nefasta”, dice el que ha sido una década eurodiputado de Iniciativa per Catalunya-Verds. La socialista Maria Badia marca distancias. “Yo no estoy eurofrustrada ni comparto tanta crítica. Votar provoca efectos, las elecciones son una oportunidad para hacer las cosas de otra forma y no hemos de renunciar al cambio”.

El veterano Obiols se muestra más escéptico. “No creo en los grandes cambios y comparto buena parte del diagnóstico de Romeva sobre el desconcierto. Para mí el cambio pasa por un punto de inflexión en el Parlamento y la Comisión Europea”. En su opinión conservadores y socialistas tendrán un resultado muy a la par en las elecciones, lo que significa que los primeros podrían perder unos 40 diputados y los segundos, ganar alrededor de 70. Obiols cree que el aumento vendrá de “la izquierda de la izquierda” y de los euroescépticos.

La novedad de estos comicios es que los 750 eurodiputados elegirán por primera al presidente de la Comisión, toda una oportunidad de cambio, según el democristiano Sedó. “Durao Barroso no ha defendido los intereses comunitarios, sino los de los Estados y eso no es bueno. Muchas veces se culpa a Europa y son los Estados los que no actúan”. El eurodiputado de Unió reivindica la legitimidad del europarlamento. “Hemos de cambiar los métodos de funcionamiento, de acuerdo, pero me preocupa que el antieuropeismo debilite el gran núcleo de la cámara que permite mantener el proyecto europeo”.

Sedó está adscrito al partido popular europeo y aboga por mantener el entendimiento entre esta formación y los socialistas, con el fin de “garantizar las políticas sociales de la Unión”. Y puestos a hacer crítica, reclama la autocrítica. “En Cataluña llevamos 34 años de democracia y todavía no hemos sido capaces de aprobar una ley electoral. ¿Saben ustedes la cantidad de leyes y normativas que aprueba el Parlamento Europeo?”, se pregunta. Romeva reconoce la intensa actividad legislativa pero precisa que “el problema es que la gente no sabe si tiene que alegrarse o preocuparse cuando se aprueba algo”. Obiols tercia. “Comparto la crítica, pero el esfuerzo permanente de frustración retroalimenta el euroescepticismo. Lo que hemos de hacer es explicar nuestro discurso”, advierte.

Ya en clave interna, Maria Badia admite sin reparos que “si las cosas hubiesen ido de otra manera me hubiera gustado seguir”, en alusión a su distanciamiento del partido. “El problema es el momento que atraviesa el PSC”, dice, y pronostica que los socialistas sufrirán en Cataluña “una recesión importante”. Obiols opina que “es tan desconcertante la situación catalana que no me atrevo a hacer una predicción. Si en la campaña prevalece Europa, el voto socialista se mantendrá. Si es Cataluña, bajaremos, porque vivimos tiempos gaseosos, no ya líquidos”.

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Sedó esquiva su desencuentro con el convergente Ramon Tremosa que le ha llevado a ser apartado de la lista de CiU. “Confío que Unió pueda mantener la representación que tiene, pero veo difícil mantener el resultado de 2009”, cuando los nacionalistas lograron el 22,4%. Ahora se da por hecho que Esquerra, que entonces logró el 9,2% les disputará la victoria en Cataluña. El eurodiputado saliente de Unió opina que “en Cataluña solo se habla del proceso”. Por eso apela a la “responsabilidad” de los medios de comunicación para que “transmitan lo que pasa” en la eurocámara y Romeva coincide en que “la gente no tiene claro que la papeleta condiciona lo que pasa a su alrededor.

El euroecologista no esconde que le hubiera gustado una lista más amplia que la han impedido, una vez más, las eternas disputas en la amalgama de colectivos de la izquierda de la izquierda.

“Nos vamos, pero no nos jubilamos de la política ni de la vida”, dice Badia, adscrita al sector crítico del PSC, al tiempo que reconoce la profunda transformación en la lista de los socialistas catalanes, con Javi López y Ester Niubó. El primero tiene 28 años y la segunda apenas supera la treintena, como Ernest Urtasun, el relevo de Romeva.

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