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La familia de Bayard cuestiona que los Mossos tuvieran que reducirle

Los seis agentes que inmovilizaron al actor declaran que la actuación fue correcta Los policía declaran a la juez que no sabían que el actor fallecido sufría brotes psicóticos El abogado del intérprete explica que este había sufrido un episodio da esa misma mañana

Rebeca Carranco
El actor Alfons Bayard, en una imagen tomada de su página web.
El actor Alfons Bayard, en una imagen tomada de su página web.

“¿Hacía falta o no hacer una intervención de ese tipo?”, se preguntó ayer el abogado que representa a la familia del actor Alfons Bayard, de 47 años, muerto en la plaza de Molina, el pasado 2 de abril, tras ser reducido por los Mossos d’Esquadra. Bayard padecía desde hacía al menos dos años brotes psicóticos, y todo apunta a que en el momento en el que murió estaba sufriendo uno. El abogado Francesc Bonatti anunció ayer que pedirá que se aporten los protocolos policiales de actuación en el caso de personas con enfermedades mentales. Los mossos que declararon ayer ante la titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Barcelona esgrimieron que no podían saber el historial médico del actor.

Los seis agentes que redujeron a Bayard defendieron en el juzgado, donde comparecieron como testigos, que la actuación fue correcta y que aplicaron debidamente los protocolos, según fuentes judiciales. Solo uno de los agentes, según el letrado de Bayard, admitió que existe un protocolo concreto que se aplica a personas con enfermedades mentales y que de saber que Bayard sufría brotes psicóticos, es el que habrían utilizado. La familia del actor no culpa a los Mossos de la muerte del hombre, pero sí cree que “algo deber haber fallado” en su actuación, puesto que no se dieron cuenta que requería una “intervención médica” más que policial, según el abogado.

Los mossos relataron que llegaron al lugar alertados por un camarero de la cafetería Bopan, que les contó que un hombre estaba molestando al resto de clientes. En su llamada, según los policías, el camarero no les advirtió de que estaba desvariando, y hablando a algunas personas sobre el fin del mundo, según contó Bonatti. Por ese motivo, los agentes hicieron lo que es habitual en una situación común. Primero intentaron hablar con el hombre, pero cuando este reaccionó de forma violenta, negándose a responder y lanzándoles una mesa, procedieron a detenerle. Bayard intentó huir y los dos primeros policías le siguieron para impedirlo, lo que acabó con los tres en el suelo, y cuatro mossos más en el lugar para tratar de esposarle. Cuando los agentes le levantaron, Bayard se desmayó. El hombre murió poco después, en la ambulancia que le trasladaba al hospital.

“En las tres horas y media que estuvo en la terraza no se produjo ningún incidente violento”, recordó el abogado. Los policías aseguraron en su declaración que Bayard se resistió hasta el momento mismo en el que se dieron cuenta de que estaba sin conocimiento. La autopsia preliminar determina que el hombre no presentaba golpes que pudieran causarle la muerte. Ahora falta por conocer los resultados de los análisis toxicológicos, y la causa definitiva que originó su fallecimiento. “No murió de forma natural. Habrá que ver si fue una subida de la adrenalina, por asfixia...”, explicó el abogado.

Hacía unos días que a Bayard le habían reducido la medicación fruto de la enfermedad que padecía. El mismo 2 de abril, antes del incidente en la plaza Molina, el actor sufrió otro brote. Por la mañana acudió a una perrera en la que era voluntario. “Estuvo paseando unos perros por Collserola, y cuando regresó hablaba de una conspiración, y de que le querían matar”, explicó Bonatti. Los voluntarios del centro, que ya conocían la enfermedad que padecía, llamaron a la familia y al SEM. Bayard además pidió a la Guardia Urbana que le acompañase a su casa, porque temía coger la moto con la que había ido.

Bayard se repuso, aparentemente, y luego a las tres de la tarde acudió a la cafetería de Bopan. Allí se tomó un café, un agua y un bocadillo, y permaneció hasta las seis. Varios clientes se quejaron de que les estaba importunando, y fue cuando el camarero del establecimiento avisó a la policía, habiendo intentado antes convencerle para que se marchase.

Está previsto que mañana declaren diversos testigos más en la causa. Por ahora la juez, Míriam de Rosa, no ha imputado a nadie, a la espera de realizar más diligencias. El consejero de Interior, Ramon Espadaler, ha defendido en todo momento la actuación de los Mossos.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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