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El arzobispo de Valencia forzó la disolución de la fundación del Papa

Joan Ribó, portavoz de Compromís, revela la incomodidad de Osoro

Cristina Vázquez
El portavoz de Compromís en el Ayuntamiento, Joan Ribó, y el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, durante la entrevista.
El portavoz de Compromís en el Ayuntamiento, Joan Ribó, y el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, durante la entrevista.MÒNICA TORRES

El arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, que accedió al cargo en enero de 2009, quería disolver hace años la Fundación V Encuentro Mundial de las Familias, que organizó la visita del Papa a Valencia en 2006, pero no encontró receptividad en el resto de patronos —la Generalitat, la Diputación y el Ayuntamiento de Valencia—. Así lo explicó este viernes el portavoz de Compromís Joan Ribó a la salida de una entrevista con el prelado.

Osoro trasladó a Ribó, según este último, que fueron varios los intentos del arzobispado de reunir al patronato de la Fundación V Encuentro pero sin éxito. El arzobispado, continuó el portavoz de Compromís, llegó a firmar las cuentas anuales de la fundación ante notario e incluso consultó con un despacho jurídico si podía separarse unilateralmente de la fundación, liquidando su cuarta parte. El arzobispado estaba dispuesto a dar el paso si no se liquidaba rápido. Y la consulta, con advertencia implícita, pareció surtir efecto en el resto de patronos porque lo siguiente que se supo era que la fundación se liquidaba, explicó Ribó.

El vicepresidente del Consell, José Ciscar, confirmó el pasado febrero que la liquidación de la Fundación V Encuentro estaba en marcha. Y dos meses después, el Diari Oficial de la Comunitat Valenciana (DOCV) publicó una modificación presupuestaria por la que la Generalitat asumía 1,3 millones de euros de la deuda pendiente de la fundación. Del resto del pasivo se hizo cargo el arzobispado.

El edil insiste en que la Casa Cuna dé datos sobre los casos de bebés robados

Los excesos de la fundación V Encuentro, acontecimiento impulsado por el entonces presidente Francisco Camps, el presidente de las Cortes y miembro del Opus Dei Juan Cotino, y el arzobispo Agustín García-Gasco, han quedado al descubierto tras el levantamiento del secreto de sumario de la pieza cuatro del caso Gürtel, que investiga la visita del Pontífice a Valencia. Según el sumario, la fundación gastó 2,65 millones de euros en urinarios y otros 3,5 millones de euros en mochilas, entre otros dispendios.

Los contratos, mantenidos en secreto por la Fundación a pesar de que tres de sus cuatro patronos son Administraciones públicas, incluyen una larga lista de gastos. A la firma Cuco, por ejemplo, se le contrataron por un millón de euros la construcción de los expositores de la Feria de las Familias, que tuvo lugar en el recinto ferial de Valencia.

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La documentación enviada por el entonces presidente ejecutivo de la Fundación y hoy prelado de Palencia, incluyó además la confección de 900 casullas y 500 mitras para las autoridades religiosas por 84.500 euros, además el IVA, así como la réplica del Santo Cáliz en plata dorada, valorada en 6.000 euros, con que se obsequió a Benedicto XVI. Los documentos contables y las actas reflejan la falta de rigor en la gestión económica de la fundación en un presupuesto que se estimó en un principio en 22 millones de euros.

Compromís pide a la iglesia que use más el valenciano en los oficios

El portavoz de Compromís reclamó, por otro lado, al arzobispo que la Casa Cuna Santa Isabel, regentado por las religiosas Siervas de la Caridad, a que facilite información a un grupo de personas que denunciaron casos de supuestos niños robados. Un juzgado accedió en 2012 a la petición de un grupo de demandantes que solicitaron información sobre la identidad de sus madres biológicas. Todos ellos sospechaban haber sido víctimas de adopciones irregulares, una práctica que se extendió a lo largo de las décadas de los años setenta y ochenta en diversas provincias de España.

Ribó insistió a Osoro que se abran los archivos y éste le aseguró que desde la Casa Cuna le han contestado que no existe documentación al respecto. “Me extraña un poquito y le he pedido que insistiera”, declaró Ribó, a quien el arzobispo prometió avanzas en este sentido.

La formación política aprovechó un encuentro, que transcurrió en un clima de cordialidad, que se normalizase el uso del valenciano en las liturgias de las iglesias de la ciudad y el arzobispo replicó que “no tiene ningún problema”.

También trató con el prelado por el futuro del monasterio de la Trinidad, situado junto al Museo San Pío V. El concejal solicitó a Osoro que se abra al público y pueda ser visitado.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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