Soriano: “No pienso cambiar mi vida”

La Policía Nacional le recomendó a Vicente Soriano (Puçol, Valencia 1953) que no saliera de casa en las tres últimas semanas porque su vida corría serio peligro. En esos momentos, Soriano (presidente del Valencia entre julio de 2008 y junio de 2009), no sabía que, a escasos metros de su casa, en el Mercado de Colón de Valencia, un barrio adinerado del centro de la capital valenciana, se estaba planeando su secuestro. “Estoy más tranquilo”, dijo este jueves Soriano, promotor e intermediario en la compra-venta de terrenos. “No voy a cambiar de vida ni de domicilio por esto”, añadió.

La Policía Nacional detuvo el pasado lunes al empresario Juan Soler, de 57 años, otro expresidente del club de Mestalla (desde 2004 a 2008), por haber planeado supuestamente el secuestro de Soriano, que le debe 85 millones por la venta en 2009 de un paquete accionarial del club de Mestalla. Soriano tenía previsto revender los títulos a un inversor uruguayo por 200 millones. Al frustrarse esta reventa por una ampliación de capital del Valencia, Soriano no le pagó ni un solo euro a Soler.

La investigación, llevada a cabo por el grupo de Atracos de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Jefatura Superior de Policía de Valencia, comenzó hace algo más de un mes, cuando los agentes supieron que existía un plan en un estado muy avanzado para secuestrar al expresidente Soriano. La operación comenzó con una confesión de uno de los integrantes de la presunta trama que se arrepintió de llevarla adelante. Tras las pesquisas de varias semanas, la Policía detuvo el pasado lunes a Soler, a un restaurador italiano llamado Ciro d’Anna y a una tercera persona desconocida. Según las investigaciones, dos hombres de origen colombiano siguieron a Soriano con el objetivo de secuestrarlo y detenerlo unos días en un piso de Valencia. La policía maneja que los secuestradores quisieran trasladar después a Soriano fuera de España para vaciar sus supuestas cuentas bancarias en el extranjero.

Soler y D’ Anna comparecieron el martes ante el juzgado número 12 de Valencia. Ambos se acogieron a su derecho a no declarar y fueron puestos en libertad, imputados por un delito de tentativa de secuestro, con la obligación de acudir periódicamente a firmar al juzgado, sometidos a la prohibición de salir de España y a una orden de alejamiento a 15 metros de la víctima. El tercer imputado también quedó ayer en libertad con cargos. Los tres se enfrentan a una pena de cárcel de entre tres y cinco años de cárcel, según fuentes jurídicas.