La bulla y el estrés
La coalición social-comunista cumple dos años en el Gobierno sin romperse, para disgusto de la derecha
La coalición social-comunista ha cumplido dos años. ¡Cuántos apostaron que no duraría ni dos meses! El Gobierno ha superado la mitad de la legislatura sin romperse, para disgusto de la derecha.
No ha habido grandes broncas. Ni se adivina un adelanto electoral a medio plazo. Sería un “fracaso”, apunta el vicepresidente Valderas.
Ha habido escollos. Desde la elaboración de unos presupuestos restrictivos, que implicaban recortes sociales, al repugnante caso de los ERE. Aún así, el Gobierno PSOE-IU ha sobrevivido.
Aunque hay probabilidades de tormenta en las próximas semanas. Llegan las elecciones europeas y cada uno de los socios intentará desmarcarse para fijar posición propia. Ya ha habido un primer desencuentro: el PSOE no apoyó una iniciativa de IU en el Parlamento sobre la reforma fiscal de Rajoy.
De aquí al 25 de mayo, asistiremos a otras escaramuzas. Ambos necesitan apretar el acelerador ante unos comicios en los que se juegan mucho. El PSOE necesita romper la racha de cuatro derrotas seguidas ante el PP. IU desea hacer realidad lo que vaticinan las encuestas: que aumentará su número de votos.
Los sondeos les son favorables. El último, del Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa), arroja un dado concluyente: el PSOE ganaría en todas las provincias, salvo en Cádiz. En algunas, por diez puntos respecto al PP (Jaén, Granada). Lo más sorprendente: IU sería la segunda fuerza más votada en Málaga, hasta ahora bastión del PP.
Aunque la Egopa goza de prestigio, el PP se ha cogido tal berrinche que acusa de “poco riguroso” al autor del estudio, el Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía, de la Universidad de Granada.
Esos datos confirman que gobernar en coalición no es necesariamente malo. Queda por ver si el necesario distanciamiento durante la campaña electoral produce heridas entre los socios. Mal negocio si así fuera. Aunque el PSOE supere al PP, será difícil que alcance mayoría absoluta. Se verá abocado a pactar de nuevo con IU.
Parece lógico que los dos socios acuerden un divorcio temporal hasta pasados los comicios. Pero la lógica batalla electoral no debe entorpecer la labor del Gobierno. Hay gravísimos problemas sobre la mesa. Entre ellos, el más grave: el paro. En segundo lugar, pasado el meridiano de la legislatura, deberán dar un fuerte empujón al programa pactado (28 proyectos de ley), que lleva un retraso considerable.
Sin “meter bulla ni estrés”, como pide el portavoz de IU en el Parlamento, José Antonio Castro, pero con “celeridad, rapidez y diligencia”. En espera de ese “vendaval legislativo” anunciado por el portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Vázquez. Un vendaval sin heridos ni daños colaterales. Salvo en las filas del PP, claro.
@JRomanOrozco
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