Padilla y Fandi a hombros en el final de la Magdalena
Seis toros, seis estocadas
Noble, dulzón, un amigo incondicional el toro que abrió plaza. Muy cómodo de cara y acochinado de tipo, con sus 535 kilos sobre los lomos. Toro que dejó estar cómodo a El Cordobés, aunque tampoco se tomó demasiadas confianzas. Entre pase y pase, pérdida de pasos por costumbre. Despegadillo. Sin llegar a la gente. Labor fría que solo encontró eco muy al final, cuando con el toro ya al paso y rendido, El Cordobés le pegó unos circulares que nunca llegaron a serlo completos. Estuvo hábil con la espada y le llegó el premio que le pidió el tendido.
No hubo premio del cuarto, al que dejó que se lo machacaran en varas. Con todo ese castigo desmesurado, el toro tuvo resuello para la muleta. Sosón, pero muy noble. El Cordobés no estuvo por la labor de tomarse confianzas. Rectificando siempre, despegado también, sin confianza, en fin. Inquieta faena, sin reposo alguno. Ni la rana intentó este Cordobés que apareció por Castellón como un torero sin ilusión.
Una larga cambiada de rodillas fue el saludo de Padilla al segundo de la tarde. No sería la única vez que hincaría las rodillas en la arena. Con un simple picotazo, el toro pasó de nuevo a las manos de Padilla. Tres pares de banderillas: fallido el primero, bueno de ejecución y colocación el segundo y el consabido del violín cerró el tercio. Con el toro obediente a la mínima insinuación, Padilla montó faena de muchos pases, que también inició de rodillas. Afanosa. Voluntariosa. De querer siempre agradar. Y con el público a favor, no era difícil la comunión. No terminó de coger la velocidad al toro, pero los rodillazos finales, un circular con Padilla casi al trote y una estocada dada en el mismo platillo, hicieron reaccionar a la gente.
GARCIA JIMÉNEZ / EL CORDOBÉS, PADILLA, FANDI
Toros de Olga Jiménez y Garcia Jiménez -2º y 6º - . Bien presentados aunque cómodos de cara los tres primeros. El quinto, serio, manseó. El resto, nobles pero sosos.
Manuel Díaz "El Cordobés". Entera trasera (oreja); entera muy trasera (palmitas).
Juan José Padilla. Estocada pasada (oreja); entera perdiendo muleta (oreja).
David Fandila, 'El Fandi'. Estocada desprendida (oreja); estocada caída (dos orejas).
Plaza de Castellón, 30 de marzo. 5ª y última de Feria. Más de media.
Serio y más toro fue el quinto. Por dos veces entró al caballo, la segunda con el tercio ya cambiado y tomada del picador de la puerta, al que derribó. Padilla lo había recibido con la capa con un manojo de verónicas, chicuelinas y una larga, todo por el mismo precio y en la misma tanda. En banderillas, dos buenos pares y el reiterativo del violín. Con el toro no muy entregado, Padilla mostró una cara más asentada. La salida de la faena tuvo sentido y hasta cierto empaque, llevando el toro hacia los medios por doblones. No tuvo entrega ese toro en la muleta, con la cara alta y algo distraído. Padilla le sacó todo el partido posible por el camino de la responsabilidad. Tiró bien de él y, aunque sin gran brillo, todo lo que hizo fue serio. Cuando el toro tomó tierra adentro, Padilla ya lo había hecho todo. La estocada, aunque perdiendo muleta, fue letal.
El Fandi le dio la bienvenida a su primero con dos largas de rodillas, en el tercio. En banderillas, piso tres pares sin excesivo aparato. Tercio cumplidor. De facultades sobradas, pero sin el clásico espectáculo de otras veces. El toro, con su nobleza y sosería a cuestas, dejó hacer a El Fandi. Poco calado tuvo la faena, con ventajas del torero hacia el toro. Una serie con la izquierda de cuatro naturales, tuvo dos buenos, uno enganchado y otro que se quedó a mitad. Intentó galería en la parte final, pero tampoco llegó la cosa a mayores.
Hubo espectáculo en banderillas en el sexto. Ahora sí. Cuatro pares, cuatro. El primero buscando y encontrando toro en carrera hacia atrás, el segundo a la moviola y un combinado de violín y cuarteo, para poner un tercer y un cuarto par. Vibró la plaza ante tal demostración de facultades. Buen toro este sexto para la muleta: pronto y con fijeza. Fandi, que empezó de rodillas en el mismo platillo, estuvo con él más centrado. Trató bien a tan excelente astado. Hubo muchos pases, no todas las series ligadas, pero de vez en cuando se marcaba algún muletazo con temple. En otras, la muleta quedaba a merced de los pitones del toro. La estocada, aunque caída, fue certera. Mas el premio, excesivo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.