Lorente utiliza su renuncia para airear la crisis del PP en Alicante
Imputada en varios casos, la exalcaldesa oriolana cesa "momentáneamente" de sus responsabilidades en la Diputación
La exalcaldesa de Orihuela, Mónica Lorente, comienza a sentirse acorralada con la nueva directriz del Partido Popular que anuncia que no habrá imputados en las listas electorales y ayer lanzó varios dardos hacia la dirección del PP de Alicante. En el partido no todos los imputados son iguales, la provincia necesita de orden y quien tiene que pronunciarse no lo hace, vino a decir quien fuera hasta 2011 la secretaria provincial del PP apuntando hacia la ejecutiva que dirige ahora José Ciscar. Una dirección provincial que no le ha mostrado excesivo apoyo público en toda legislatura.
“La provincia está muy revuelta”, manifestó Lorente en varias ocasiones durante la rueda de prensa en la que explicó por qué renunciaba a la dirección del área de Ciclo Hídrico en la Diputación de Alicante antes de ser procesada por falsificación documental al inaugurar una plaza y después adjudicar la obra. La política, no obstante, mantendrá su acta de diputada
El partido no esconde que tiene problemas en Alicante, Orihuela, Villena, Alcoi o Benidorm, situaciones ocasionadas por los imputados en distintos casos de corrupción y las escisiones entre zaplanistas y campistas. La papeleta en Alicante es tremenda: solo en Orihuela, donde la mitad de los ediles del PP, están imputados, la dirección provincial pasa de puntillas en público por miedo a una escisión en la segunda agrupación alicantina en militantes, unos 7.000. Lorente lo sabe y descarta que una gestora tome el control: “El PP o juega en equipo o no saca nada”, apuntó quien fuera alcaldesa durante cuatro años de un feudo del PP.
La política oriolana, que el 29 de mayo será procesada en el caso Escorratel, el primero de sus dos juicios previstos, explicó ayer los motivos de su dimisión temporal como una decisión “personal” a raíz de una conversación con la presidenta de la Diputación, Luisa Pastor. Una conversación que realmente se produjo a instancias de la dirección provincial.
El distanciamiento con la ejecutiva provincial es palpable. Lorente no informó al presidente provincial, José Ciscar, de sus intenciones de dimitir. Según confesó ayer, solo comunicó su decisión al secretario regional, Serafín Castellano.
La exalcaldesa se aferra a la dirección regional como tabla de salvación en su carrera política, en caso de salir indemne de sus juicios. Porque nadie se atreve a garantizar en el PP alicantino que Lorente repetirá en las listas incluso si sobrevive políticamente a este primer juicio por el que el fiscal le pide 10 meses de suspensión de cargo público y multa de 10.000 euros. La exalcaldesa está imputada además en el caso Brugal, un juicio largo con el que encarara las próximas elecciones. “A algunos en el partido no les escucho nada”, dijo cuando se le preguntó si su caso tenía algún parecido al de Milagrosa Martínez, la alcaldesa de Novelda y diputada autonómica, que no entrega su acta pese a que será juzgada en el caso Gürtel a finales de este mes. Lorente instó a Ciscar a que separe “el polvo de la paja”, en referencia a la ingente cantidad de políticos implicados en casos de corrupción.
Sus argumentos se asemejan a los esgrimidos por Sonia Castedo, alcaldesa de Alicante imputada también en el caso Brugal, quien pidió frente a Alberto Fabra y Castellano que primara la lealtad frente a las imputaciones. Lorente calificó de “ejemplar” su renuncia y basó su decisión en que no quiere estar en el punto de mira de la prensa, ni enturbiar la agenda del partido durante las elecciones europeas que se celebrarán el próximo 25 de mayo.
En el PP alicantino consideran que la lectura de la situación de Lorente obedece más al enfado y a una situación que ella observa como injusta. Algunas fuentes recordaron que fue durante la secretaría general de Lorente cuando el partido sufrió las escisiones que arrebataron al PP la mayoría absoluta y los gobiernos en distintas ciudades, como Alcoi, Orihuela, Benidorm y Villena. Unas pérdidas que achacan tanto a José Joaquin Ripoll, entonces presidente provincial del PP y también imputado en Brugal, como a la propia Lorente, su mano derecha. A la exalcaldesa le está pasando lo mismo que le ocurrió a su antecesor José Manuel Medina, cuando el partido le tuvo que decir que diera un paso atrás.
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