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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Alaya, en los altares

¿Presunción de inocencia? No, hombre. Si todos los ‘sociatas’ son unos corruptos, contestan

La derecha más rancia y cursi que escribe en la prensa conservadora cuenta con una musa que inspira sus vomitivos escritos: la juez Mercedes Alaya. Su decisión de imponer una fianza de 29,5 millones de euros a Magdalena Álvarez ha desencadenado una nueva avalancha de elogios sonrojantes.

Entusiasmados por la fianza millonaria impuesta a una de sus bestias negras, la exministra Álvarez, el pelotón de palmeros ha volcado una tonelada de almíbar en sus columnas. Ya habíamos leído que Alaya “no anda, sino levita” y que es “más guapa que la Virgen de la Macarena”.

Hoy, sabemos que esta “lozana andaluza” afronta el sumario de los ERE con firmeza porque tiene “los bemoles muy bien puestos”. Lo afirma María Luisa Funes, en Abc. Y asegura que “con lo guapa que es… a sus 50 lustrosos años”, se ha convertido en la “jamona+lista” del país. Ahí es na.

De Alaya, les gusta todo. Desde sus “concienzudos escritos” a su actitud “incisiva y correosa” o su inagotable fondo de armario que la hacen “sofisticadamente chic”.

Este “azote de la corrupción” es para Juan Manuel de Prada una mujer “guapa y feliz” que con “mucha valentía torera” ha enviado “un escupitajo en el entrecejo a la patulea de envidiosos gusarapientos que cada día se levantan encabronados y más feos que Picio”. Para el autor de Coños, en el mundo hay guapos y feos. Ellos, los guapos; los demás (de izquierdas), gusarapos. Gusanos inmundos.

Por el contrario, para este escritor ultracatólico, la vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), objeto de los autos de su adorada Alaya, es “una tía que no vale ni dos duros”. Fino que es Prada.

La pregunta es si esta elevación a los alteres de la magistrada sevillana es prueba de su amor por la justicia o más bien consecuencia del odio irracional que sienten por los socialistas.

De hecho, dan por descontado que Álvarez es culpable. ¿Presunción de inocencia? No, hombre. Si todos los sociatas son unos corruptos, contestan. Ellos no.

Y ¡ay de quien critique a la entronizada Alaya! El infierno es poca cosa. En cambio, ellos se permiten el lujo de insultar y descalificar a los jueces que investigan casos que les afectan (Ruz, Castro) o defienden la justicia universal. Como Pedraz, de quien Floriano, ese prodigio, dice que está actuando con un “sesgo ideológico”. Un Pedraz al que otra perla del PP, el diputado cunero por Almería Rafael Hernando, llamó “pijo ácrata”.

Claro que todo este altar en honor de Alaya se les puede desmoronar si una instancia superior dictamina que las transferencias de financiación no eran ilegales. Como ha señalado el poco sospechoso de favorecer los intereses de la Junta, el interventor General Manuel Gómez. Loado sea dios.

@JRomanOrozco

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