“Aún se puede hacer un hotel”
El promotor del fallido hotel junto al Palau se presenta como víctima en el juicio y niega el pago de comisiones a Millet
—“¿Pactó algún pago en b a Millet y Montull para la adjudicación del contrato del hotel?”, preguntó el abogado de la acusación particular, Javier Zuloaga.
—“No señor, en absoluto”, contestó el empresario Manuel Valderrama
Valderrama, el hombre que iba a construir un hotel de lujo junto al Palau de la Música, se ajustó ayer al guion previsto en su declaración, como testigo, en el juicio contra los saqueadores confesos de la institución musical y contra los antiguos máximos responsables del Urbanismo en Barcelona. El hotelero rechazó las acusaciones del fiscal y negó haber pagado una comisión en metálico de 900.000 euros a Millet. El expresidente del Palau está acusado de haberse apropiado de forma indebida de esa cantidad y afronta, por ello, una petición de diez años de cárcel.
La sesión de ayer se centró en dirimir si se produjo ese pago. Valderrama lo negó, pero admitió que abonó 3,6 millones de euros al Palau como “contraprestación” por hacerse cargo de las gestiones que debían culminar en la licencia de obras. Ese pago era una de las “condiciones” previstas en el primer convenio sobre el hotel, firmado entre el Palau y la Generalitat.
Pese a la previsible negativa de Valderrama, los indicios siguen ahí. Según un informe de Hacienda, en fechas próximas a la firma de los acuerdos hubo importantes retiradas de efectivo por parte de las empresas de Olivia Hotels, propiedad del testigo. La primera, en diciembre de 2006, cuando se firmó el contrato privado: 470.000 euros. La segunda, en junio de 2007, cuando se constituyó la escritura pública: otros 425.000.
Pero el hotelero se mantuvo firme en su declaración. Replicó que aquél fue un año de mucho trabajo —la empresa construyó un hotel en la plaza de Catalunya— y que quiso compensar a sus socios y cargos de confianza con el reparto de dividendos y “aguinaldos” por Navidad. El promotor admitió que los pagos se hicieron en efectivo, pero negó que se tratase de pagos en negro. Está “segurísimo”, dijo, de que los receptores declararon más tarde esas cantidades. </CF>Esa tesis fue corroborada por su hermana María Luisa, que declaró como testigo: ella misma, dijo, recibió 15.000 euros.
Valderrama dijo que aceptó el proyecto por su “confianza” en las instituciones que lo apoyaban —el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat— y se presentó ante los jueces como víctima. “Todo el mundo ha ido contra mí y no tengo el hotel”, lamentó. El hotelero agregó que ha gastado 1,6 millones para reformar la escuela La Salle Comtal, antigua propietaria de las fincas. Sobre el cierre en falso del proyecto, el testigo fue tajante: “A mí todavía nadie me ha dicho nada. Allí todavía se puede hacer un hotel”.
Su discurso no convenció a la Fiscalía. Tampoco a la acusación popular —ejercida por los vecinos del casco antiguo— que pidió abrir diligencias contra el hotelero por falso testimonio. Después de que los Mossos d’Esquadra registraran el Palau en 2009 y pusieran al descubierto el saqueo de la institución musical perpetrado por Millet y Montull, los vecinos que se habían opuesto al proyecto del hotel presentaron documentación sobre presuntas irregularidades urbanísticas ante la fiscalía.
La investigación del fiscal se nutrió, además, de la documentación aportada por la persona que sucedió a Millet al frente del Palau, Joan Llinares. En su declaración como testigo, Llinares dijo que sospechó del pago de comisiones porque Olivia Hotels reclamaba al Palau el pago de los 1,6 millones. Una parte de los trabajos, sin embargo, no estaba justificada. El arquitecto Carles Díaz, también acusado, explicó a Llinares que solo se habían ejecutado obras de reforma en la escuela por valor de 600.000 euros. De ahí vinieron las sospechas de que la cantidad restante pudiese ser una comisión, ya que se citaba en otro de los documentos que aparecieron tras el registro del Palau.
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