Cinco ‘mossos’ imputados niegan haber agredido a tres detenidos en Barcelona

Cinco agentes de los Mossos d’Esquadra imputados por golpear y vejar a tres jóvenes durante su detención en Barcelona rechazaron ayer las acusaciones y negaron, ante el juez, haber actuado de forma irregular. Los policías sostuvieron que se limitaron a aplicar los “protocolos de actuación” ante tres personas que estaban “muy alteradas”. Los cinco mossosque declararon como imputados intervinieron en la detención, a primera hora de la mañana del 6 de julio de 2013, de tres jóvenes en la confluencia de la ronda de Sant Pau con la avenida Paral·lel. Está previsto que hoy declaren los otros cuatro policías que también figuran en la causa y que, presuntamente, vejaron a las víctimas cuando fueron trasladadas a la comisaría de Les Corts.

Dos chicas (Sonia M. y Mercè P.) y un chico alemán (Arne M.) regresaban a casa cuando tuvieron un incidente con un taxista, que les abroncó por haber derramado cerveza dentro del coche. Los jóvenes se negaron a pagar la carrera y el taxista alertó a los Mossos d’Esquadra, que obligaron a los chicos a bajar de un segundo taxi al que habían subido. Los agentes les hicieron sentarse en la acera y les pidieron la documentación y las pertenencias. Cuando Arne M. pidió explicaciones, los mossos se limitaron a “reducirlo por la fuerza, abriéndole las piernas para registrarlo, retorciéndole la mano y provocándole una lesión en los ligamentos de la mano derecha”, según la querella que investiga el Juzgado de Instrucción número 3 de Barcelona.

Los mossos detuvieron a los jóvenes porque se habían negado a identificarse tras el altercado con el taxista. Las declaraciones de los cinco agentes fueron muy similares entre sí. Los policías resaltaron que no agredieron ni golpearon a los detenidos, y que durante el forcejeo para detenerles una agente femenina llegó a caer al suelo.

La querella relata que, cuando las dos chicas reprocharon la actuación sobre su amigo, recibieron golpes y empujones. Una de ellas, Mercè P., permaneció sola y esposada en el coche patrulla mientras los policías desayunaban, según su versión, que fue desmentida ayer por los agentes. En comisaría, otro mosso —que hoy declara— la cogió del cuello cuando le dijo que quería poner una denuncia.