El triple homicida de la Sagrada Familia declara hoy ante el jurado

Alejandro Cuartero, el hombre acusado de matar a tres miembros de la misma familia para vengarse de su expareja, tratará de convencer hoy a los miembros del jurado —seis hombres y tres mujeres— de que es inocente. Cuartero, que afronta una petición de 81 años de cárcel por la matanza, defenderá, previsiblemente, lo mismo que ha venido defendiendo desde el 27 de enero de 2012, cuando ocurrieron los hechos: que no tuvo nada que ver con las muertes y que éstas fueron orquestadas, precisamente, por su exnovia.

En un piso de la calle de Sardenya, en el barrio de la Sagrada Familia, los Mossos encontraron aquel día los cuerpos de un matrimonio octogenario y de una adolescente de 16 años. Alguien les había matado a golpes con un objeto contundente; probablemente, un mazo. Según la fiscalía, Cuartero se presentó en la vivienda y mató “con gran sufrimiento” a los padres y a una sobrina de su expareja, Mónica C., que medio año antes había decidido terminar la relación. Cuartero no encajó el golpe y, desde entonces, añade la fiscalía, sometió a la chica a un acoso —seguimientos, mensajes amenazantes— y acabó “planificando” el asesinato de sus seres queridos.

Tras el crimen, Cuartero envió un mensaje de texto a Mónica C. Fingió ser un sicario que quería cobrar por haber cumplido un supuesto encargo. Pero el uso de la “i” latina —en lugar de la “y” griega— condujo a la policía a pensar que el homicida era, como Cuartero, catalán. Aunque las pruebas contra él son abrumadoras —incluidos restos de ADN— el hombre inculpó, ante el juez de instrucción, a su exnovia: ella era la que quería ver muertos a sus padres para cobrar una herencia.