Imputados nueve ‘mossos’ por supuestas lesiones a tres jóvenes en Barcelona
Los agentes detuvieron a dos de ellos en el Paral•lel tras un incidente con un taxista Una de las víctimas denuncia que un policía intentó estrangularla en Les Corts
Un juez de Barcelona ha citado a declarar como imputados a nueve agentes de los Mossos d’Esquadra por las presuntas lesiones que causaron a tres jóvenes durante su detención en Barcelona. Las supuestas víctimas fueron abordadas por la policía en la avenida Paral·lel tras mantener una disputa con un taxista. Los mossos redujeron por la fuerza al chico, lo que motivó las quejas de sus dos amigas, que acabaron detenidas y trasladadas a la comisaría de Les Corts. Allí, según su versión, fueron golpeadas y humilladas por los agentes. Los afectados han presentado una querella contra los policías que ahora investiga el juzgado.
Los hechos ocurrieron el 6 de julio de 2013, a las 6.30 horas. Sonia M., Mercè P., Arne M. (los tres presuntos lesionados) y Almudena M. cogieron un taxi para regresar a casa. El chófer explicó a Almudena que no podía beber cerveza dentro del coche, y ella se ofreció a taparla con un pañuelo porque, a menos que detuviese el vehículo, no podía arrojarla. En la esquina de la ronda de Sant Pau con la avenida Paral·lel, el taxista “frenó el vehículo bruscamente” y parte del contenido de la lata cayó sobre la falda de Almudena. El conductor les increpó a todos ellos por haber manchado el asiento y el grupo decidió bajarse del taxi.
En la calle, el taxista les recordó, con insultos, que debían pagarle cinco euros por la bajada de bandera. Para impedir que se marchasen, “sujetó con violencia por el brazo” a Almudena. Los jóvenes, sin embargo, lograron zafarse y subirse a otro vehículo. El taxista agraviado, sin embargo, había alertado entretanto a los Mossos d’Esquadra. Hasta cinco vehículos policiales rodearon el segundo taxi y obligaron a los jóvenes “a bajar de forma imperiosa”, gritando “de forma despectiva” y “sin ofrecer explicación alguna”.
Sonia M. denuncia que fue obligada a arrodillarse desnuda en comisaría
Los policías obligaron a tres de los chicos a sentarse en la acera, les pidieron la documentación y les exigieron que entregaran todas sus pertenencias. El único chico, Arne M., de origen alemán, les contestó que no entregaría sus pertenencias si no le explicaban el motivo de la actuación policial. La respuesta de los mossos, sigue el relato de la querella, fue “reducirlo por la fuerza, poniéndolo contra el vehículo policial, abriéndole las piernas para registrarlo, retorciéndole la mano y provocándole una lesión en los ligamentos de la mano derecha”.
Al observar la violenta escena, Sonia M. y Mercè P. reprocharon la actuación de los agentes, que esposaron a la segunda de ellas “apretando al máximo las esposas para causarle el máximo dolor posible”. Los policías le comunicaron que quedaba detenida, la introdujeron en el coche patrulla y le informaron de que se iban a desayunar. Allí permaneció, sola y esposada, durante una hora, siempre según su versión. Su compañera, Sonia M., volvió a reprender a los policías por excederse en sus funciones. “Tú cállate y vete de aquí”, le respondió un agente. Como no hizo caso, otro policía —“provisto de unas gafas muy extrañas, y que parecía que ostentaba el mando”, recoge la querella— la derribó y la tiró al suelo. Allí, fue inmovilizada por “cinco o seis agentes”.
El taxista denunció a la policía porque los chicos no le habían pagado la carrera
Mientras que Arne M. solo fue identificado, las dos chicas fueron detenidas y trasladadas a la comisaría central de los Mossos en Barcelona. Allí, en Les Corts, ocurrió el segundo episodio de presunta violencia. Nada más llegar, Mercè P. explicó que quería poner una denuncia contra quienes la habían agredido. El mosso de las “gafas extrañas” la cogió entonces por un brazo y la tiró al suelo, mientras otro agente “le pisaba la zona muscular del brazo con su bota y otro más le pisaba simultáneamente la entrepierna”. Cuando estaba inmovilizada, el presunto mando policial “le apretó con ambas manos el cuello, en forma de estrangulación, para mitigar sus gritos de dolor, interrumpiéndole su respiración y provocándole una hipoxia”. Mercè P., recoge la querella, “tuvo la sensación de que la iban a matar”. Los mossos le colocaron las esposas “de forma mucho más apretada que la vez anterior”, lo que también le provocó lesiones. Como consecuencia del ahogo, la joven “perdió el conocimiento” y se despertó una hora más tarde, “en el interior de una celda”.
Su amiga Sonia M., mientras tanto, había sido conducida al hospital de Drassanes. En el trayecto, preguntó a los agentes el motivo de su detención. Éstos le respondieron que callase y que “ya se enteraría en comisaría”. En les Corts, una agente femenina le pidió que se desnudara delante de ella. Sonia M. accedió a ello pero, como no estaba familiarizada con ese tipo de actuaciones, pidió únicamente “que no le introdujesen los dedos en el ano o en la vagina”. La agente le respondió, siempre según su versión: “Aquí no hacemos esas cosas, solo si a ti te gusta, las haces en privado”. Ya desnuda, las agentes le hicieron girarse y arrodillarse, levantarse y ponerse de espaldas “con un trato humillante y vejatorio”.
Aisladas en sus celdas, las dos chicas recibieron “varias visitas” de agentes policiales para “intentar convencerlas de que aceptasen hechos que no habían cometido”. Los policías les acusaron de haber agredido a un agente, de haber destrozado el interior de un coche patrulla y de ir drogadas. “Daba la impresión de que ni ellos mismos conocían el motivo real de la detención y querían justificar de alguna manera su actuación”. Ambas fueron llevadas ante el juez y quedaron en libertad a las 19 horas de ese mismo 6 de julio. Los Mossos las denunciaron por un delito de desobediencia, pero ambas fueron absueltas tras un juicio de faltas.
En su querella, el abogado de las víctimas, Juan Segura, aporta los informes médicos que acreditan las lesiones de los tres jóvenes, así como diversas fotografías. En su opinión, los hechos pueden constituir un delito de lesiones con agravante de superioridad. El letrado ha solicitado al Departamento de Interior que aporte las imágenes grabadas en la comisaría de Les Corts para aclarar lo sucedido. La querella fue admitida a trámite el pasado mes de septiembre, aunque la declaración de los mossos como imputados se acordó hace unas semanas.
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