Cumpleaños amargo para Cáritas
La entidad celebra sus 70 años en Barcelona saturada por la avalancha de gente sin recursos Una exposición repasa la acción social de la organización en Cataluña.
Cáritas de Barcelona cumple 70 años con más peso que nunca en el panorama social catalán. Pero nada hay que celebrar. “El peor regalo es que a veces tienes la sensación de que, después de tantos años atendiendo a la gente sin recursos, estás en el punto de más trabajo: resulta que cada vez hay más pobres”, reflexiona el director de la entidad, Jordi Roglà. En 2012, Cáritas atendió a cerca de 60.000 personas, un tercio de los cuales eran niños en riesgo de exclusión social. La organización, que pertenece a la Iglesia Católica, aprovecha su aniversario para repasar la acción social que desempeña a través de una exposición gratuita que podrá verse, hasta el 27 de abril, en el Palau Robert de Barcelona.
En un pequeño cubículo de la sala de exposiciones, entre cortinas meticulosamente deshilachadas, se levantan grandes paneles explicativos que reflejan las nueve líneas de actuación de la entidad. Al fondo, entre cifras, porcentajes y relatos personales de usuarios de Cáritas, aguarda la obra de un autor anónimo: un colchón, un carrito y una televisión montada sobre una silla, dibujan la realidad de las personas que acuden a la entidad social.
Azote de las desigualdades, la organización se ha erigido como brazo ejecutor de unos servicios sociales públicos ahogados por la demanda de gente sin recursos. “Estamos asumiendo una parte del estado del bienestar”, contempla Roglà.
A través de sus líneas de actuación, la entidad llega a una población apremiada por las dificultades económicas
A través de sus líneas de actuación – acogida y acompañamiento, ayuda a necesidades básicas, vivienda, sin hogar y salud mental, formación e inserción sociolaboral, infancia y familia, migración, vejez e inserción social penitenciaria-, la entidad llega a una población apremiada por las dificultades económicas. El 70% de los usuarios de Cáritas de Barcelona está en paro y la renta media del total de personas que acuden a la organización es de 3.000 euros anuales, tres veces inferior a la media de Cataluña.
“Después de todo lo que luchamos desde el barraquismo de mediados del siglo pasado para que la gente sin recursos accediese a una vivienda digna, y ahora, desde hace cinco años, vemos que la gente puede perder su casa”, señala el director de Cáritas. La cobertura de las necesidades básicas – ayudas para comer, dormir, ducharse, pagar los suministros del hogar…-, y la falta de empleo, son las necesidades más acuciantes de las personas que llegan a Cáritas. La exposición da buena cuenta de ello con una experiencia de realidad virtual en la que el espectador se introduce en el cuerpo y en la mente de un ‘sin techo’.
La entidad mantiene su prestigio y goza del respeto y reconocimiento por parte de la sociedad civil. Roglà asegura que buena parte de la confianza que atesora Cáritas se debe a que el 90% del gasto se cubre con donativos particulares. “La gente nos pide que sus donativos tengan carácter finalista. Nosotros tenemos presente que los bienes que tenemos pertenecen a las personas pobres”, concluye el titular de la entidad.
Muy a su pesar, Roglà asegura que Cáritas tendrá cuerda para rato, pero sin celebraciones, “porque no se puede celebrar que cada vez haya más gente pobre”. Lejos queda el objetivo ideal al que, según su director, debería servir la entidad: “trabajar para las parroquias dinamizando las comunidades cristianas”.
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