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Condenado un joven de Cambrils a 7 años de cárcel por agresión sexual

La sentencia prohíbe al hombre acercarse durante 14 años a la víctima

La Sección Segunda de la Audiencia de Tarragona ha condenado a siete años de cárcel a Santiago García, un joven de 29 años acusado de violar a una chica de su misma edad en Cambrils (Baix Camp) el 2 de septiembre de 2011. García pasó cinco meses en prisión, pero fue puesto en libertad porque las pruebas de ADN de los restos de semen encontrados en la bragas de la víctima, Luz Tatiana Correa, de origen colombiano, no pudieron determinar si era él el autor de la agresión sexual. El tribunal asegura que la falta de esta prueba no “impide llegar al pleno convencimiento de que el autor de los hechos” fue García por varios motivos, como por los restos biológicos del joven hallados en las uñas de ella “como consecuencia de los arañazos que le realizó Tatiana cuando se defendió”, esgrime el tribunal. También por una mancha de sangre en el pantalón roto de la chica, que resultó ser de García, por una pinza de pelo encontrada en el lugar donde se produjeron los hechos o por los tres metros cuadrados de zona aplastada en el descampado donde se perpetró la presunta violación.

La presunta agresión sucedió a partir de las 6:00 de la mañana cuando García, que había cenado con su hermano, sacaba dinero el cajero de una sucursal bancaria. En ese mismo instante la chica, que trabajaba de camarera en un local de intercambio de parejas en Salou (Tarragonès) y tiene un hijo, estaba regresando a su casa tras terminar su turno, él le pidió fuego, se presentaron y empezaron a entablar una conversación en la calle, según las versiones de ambos. A partir de ahí las explicaciones no coinciden y, en cualquier caso, el tribunal considera como hechos probados que tras este encuentro la chica, que se había apuntado en la agenda del móvil el teléfono de García, estaba caminando hacia su domicilio, en la Urbanización Jardines del Paraíso de Mont-Roig del Camp mientras iba escuchando música a través de unos auriculares, sin darse cuenta de si García la estaba siguiendo o no. Cuando se encontraba a unos 50 metros de su urbanización, “García se le abalanzó por la espalda, la asió del cuello con el antebrazo y la condujo hacia un descampado situado junto a un camino por una zona de matorrales, momento en el cual, al tener el teléfono en la mano intentó llamar a la policía, si bien marcó el teléfono que había anotado previamente de Santi, siendo las 07:28 horas”, esgrime la sentencia. “Correa se defendió, produciéndose entre ambos un forcejeo, y finalmente él la tiró al suelo, donde procedió a inmovilizarla y en esta situación le bajó los pantalones cortos y las bragas, para a continuación” violarla.

Cuando a la mañana siguiente Correa denunció la presunta agresión, García fue detenido. Pasó cinco meses en la cárcel pero fue excarcelado a la espera del juicio porque las pruebas de ADN no probaron que fuera él el autor de la supuesta agresión. Durante su permanencia en la cárcel su familia denunció en diversas movilizaciones y campañas que la versión de la chica era falsa. Al salir de prisión García aseguró que Correa le había pedido que la acompañara a casa, con lo que estuvieron andando por el paseo marítimo y después se tumbaron en la hierba, donde empezaron a acariciarse y a besarse. “Al final no lo hicimos porque ella me mordió y arañó en el cuello. Le dije que no me gustan estos juegos sexuales y la aparté”, dijo entonces García a los medios de comunicación, asegurando que en ese momento dejó allí a la chica y se fue a dormir. García repitió durante días ante la prensa que era inocente y que necesitaría ayuda psicológica para superar lo ocurrido.

Ahora la sentencia, que no es firme, lo condena a siete años de prisión por agresión sexual. También le prohíbe aproximarse durante 14 años a menos de 500 metros del domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro enclave que frecuentado por la chica, y a comunicarse con ella por cualquier medio, así como al pago de la mitad de las costas procesales, incluidas las de la acusación particular. Además, el tribunal condena a García a abonar a la víctima 12.895 euros en concepto responsabilidad civil.

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