Las interioridades de la pintura
Alfonso Albacete muestra en Sevilla unas 200 obras sobre papel que forman parte de su proceso creativo y que donará al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo
Alfonso Albacete respira pintura. Su obra, que a primera vista puede parecer intuitiva, es una suma de capas de conocimiento del espacio, el color, el relato y, especialmente, el sentimiento. "Una obra de arte tiene muchos niveles de lectura. El primero, el estético, funciona durante el mismo tiempo en el que tiene sentido la narrativa que lo generó. Pero, cuando se trata de un clásico, la obra sigue funcionando aunque para el espectador los hechos que describe no signifiquen ya nada, la pieza conserva su valor artístico", reflexionaba este jueves en Sevilla Alfonso Albacete (Antequera, Málaga, 1950).
El artista, que inaugurará este viernes en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) de Sevilla Alfonso Albacete. Asuntos internos ha buceado entre las carpetas y cajones que ha ido almacenando en su estudio de Madrid a lo largo casi cuatro décadas de carrera para rescatar más de dos centenares de obras sobre papel que, en algún momento han formado parte de su proceso de trabajo. La mayoría de esas obras, aunque aún no está decidido cuáles, pasarán a formar parte de la colección permanente del CAAC. La donación, que se añadirá a las 39 fotografías que el creador malagueño hizo el pasado año, se suma a las que vienen realizando artistas —como la última de Guillermo Pérez Villalta—, y coleccionistas al centro. Esta fórmula es la que ha encontrado el director del CAAC, Juan Antonio Álvarez Reyes, para paliar la contínua reducción de presupuesto del centro.
Tan solo un 30% de las piezas que se exhiben, y que podrán verse hasta el 30 de marzo, son obras terminadas, el resto no había salido nunca del estudio del artista, uno de los principales creadores que protagonizó el cambio de estética hacia una figuración renovada entre finales de los años setenta y principios de los ochenta. "Hay mucho material de estudio que tiene tanto interés o más que el trabajo definitivo, pero se trata de obras más delicadas y creo que su sitio es un museo en el que saben cómo conservarlas. Además, son piezas que ayudarán a explicar mi obra", afirma Albacete.
La exposición, en la que tan solo hay un óleo que ya formaba parte de la colección del CAAC, está llena de referencias a la Historia del Arte: Vermeer, Cézanne, Malevich, Goya, Jasper Johns. Homenajes, algunos más evidentes que otros, que Albacete se encarga de que no pasen desapercibidos para el público con sus apuntes a lápiz sobre la pared.
Con obras que van desde 1978 hasta 2013, la exposición se vertebra en tres grandes bloques: Composiciones en las que predominan la luz y el espacio; narraciones con figuras (con referencias a héroes mitológicos) y pinturas de guerra, un trabajo sobre la pintura corporal tribal.
“No soy de los que lo guardan todo, pero para trabajar necesito estar rodeado de mi obra. Hay imágenes, apuntes o, incluso, una fotografía de prensa, que me sugiere algo y la dejo por el estudio, esperando que llegue su momento”, desvela el pintor, para quien esta es la mayor exposición que presenta en la comunidad, donde no se ha prodigado mucho.
“Me acuerdo que tuve una imagen del Mar de China colgada en mi estudio durante siete años y no fue hasta 2005, cuando me surgió la idea para hacer la serie inspirada en sus superposiciones de planos”, cuenta. Superposiciones que están presentes en toda su producción pero, especialmente, en las pinturas murales en las que utiliza el papel como si se tratara de una pared con pintadas y huecos que, en ocasiones, son verdaderos trampantojos.
Su última individual andaluza fue en la Galería Marín Galy de Málaga en 2001. “Curiosamente la primera vez que expuse fue en una colectiva que organizó Juana de Aizpuru en Sevilla en 1972”, recuerda este artistas para quien el estudio sigue siendo un espacio en el que disfrutar, algo que siempre se nota en sus obras.
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