Mas-Colell critica que la Generalitat fuera excluida de la reestructuración bancaria

La comisión parlamentaria que indaga sobre posibles irregularidades en las cajas de ahorros catalanas ha constatado estos meses deficiencias en los órganos de gobierno, en la comercialización de productos híbridos —las preferentes— y en el control de riesgos. Ayer, en su última sesión, también quedó clara la falta de sintonía entre Administraciones. Y según los responsables económicos de la Generalitat, esta desconfianza se plasmó en falta de información del Banco de España, el fondo de rescate (FROB) o la negativa de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a que la Agencia Catalana de Consumo (ACC) interviniera en defensa de los adquirientes de preferentes.

El consejero de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell, fue el encargado de cerrar las comparecencias en la comisión. Mas-Colell, quien no eximió de responsabilidades a los gestores de las antiguas cajas de ahorros, expuso las diferencias de trato entre CatalunyaBanc —cuyo tercer intento de subasta se prevé que se producirá este año— y Bankia. El consejero atribuyó ese “trato no igual”, de entrada, a que la Comisión Europea consideró que la entidad con sede en Madrid era “sistémica”. A pesar de que la Generalitat asumió que el Estado podía elegir comprador tras haber inyectado 12.000 millones de euros en la entidad, sí hubo una línea roja. “En algún momento apareció el fantasma de que fuera absorbida por Bankia. Dejamos siempre claro que era la dirección más inaceptable de todas”, afirmó Mas-Colell.

Las explicaciones del consejero dejaron clara las complejas relaciones que atravesaron los ejecutivos central y catalán. “Las relaciones con el Gobierno del Estado han ido pasando de una situación con apariencia cordial y civilizada pero con contenido cero a otra sin ninguna relaciones ni contenido”, sostuvo el titular de Economía.

Los afectados por las preferentes de CatalunyaBanc han recuperado 195 millones de euros

Antes de él, el director general de Política Financiera, Jordi Òliva, y el secretario general de Economía y Conocimiento, Albert Carreras, habían señalado cómo el supervisor había procurado mantener al Ejecutivo de Artur Mas alejado de sus funciones. “Los gestores del FROB han sido celosos con su espacio de competencias. Ha sido más fácil hablar con el ministro [de Economía y Competitividad] que con el FROB”, lamentó Carreras en relación con la información que se demandaba sobre CatalunyaBanc. Esa misma “celosía” se advirtió en el Banco de España, dijo. Así que ante la pregunta del grupo parlamentario del PP de si la Generalitat podría haber capitalizado CatalunyaBanc en caso de haber tenido acceso a los mercados, Carreras afirmó: “Lo dudo, por cosas más pequeñas recibimos cartas exigiéndonos no seguir en esa situación. El Banco de España no nos dejaba”, se quejó.

Por la mañana, el director de la ACC explicó que en marzo de 2012 recibió una carta de la CNMV en la que le instaba a abandonar el examen de las reclamaciones de preferentistas con el argumento de que estaba invadiendo competencias. La ACC, sin embargo, al final intervino. Mas-Colell detalló que la Generalitat recibió más de 25.000 reclamaciones, de las que se han resuelto 11.410. En total, se han devuelto 195 millones de euros a los afectados de CatalunyaBanc.

Mas-Colell se mostró optimista sobre el sistema financiero catalán. Si bien admitió que había muerto el modelo de cajas catalán, el consejero se congratuló de que hayan quedado centros de decisión, y más potentes que antes, en Cataluña, en referencia a CaixaBank y Banco Sabadell. También recordó que la entidad presidida por Isidro Fainé mantiene su presupuesto en obra social, y que las siete fundaciones especiales —antiguas cajas de ahorros de Catalunya, Sabadell, Terrassa, Manlleu, Penedès y Laietana— disponen de un patrimonio de 500 millones de euros con el que pueden seguir con su actividad social. La Generalitat, afirmó, procurará que estas entidades ahora sigan criterios para ser “sostenibles a largo plazo” y no adoptar “riesgos”.