Filmax reduce al mínimo su presencia en salas de cine tras el concurso de una filial
Multicines Plan Galicia insta la antigua suspensión de pagos con un pasivo de cinco millones
La imparable caída de espectadores en los cines españoles también ha pasado factura a Filmax, que ha decidido limitar al máximo su presencia en el sector de la distribución y centrarse en el de la producción cinematográfica. Su participada Multicines Plan Galicia, de la que controla el 50%, ha presentado concurso de acreedores con un pasivo de casi cinco millones de euros con el objetivo de su liquidación, según explicó el director general de Filmax, Carlos Fernández. Una vez concluido el concurso, el grupo solo mantendrá su participación mayoritaria en los multicines en el recinto comercial de Gran Via de L’Hospitalet de Llobregat, con quince salas.
Multicines Plan Galicia empezó a finales del año pasado a desmantelarse, cuando se desprendió de la mayor parte de sus activos. Vendió sus cines de Castelldefels (Barcelona) a Yelmo y los de A Coruña a Ciprago. La única propiedad que no se ha podido vender son las salas de Lalín (Pontevedra), que factura en torno a los 400.000 euros anuales. Fernández destacó ayer que la venta de ambas compañías ha permitido salvar una treintena de puestos de trabajo.
La compañía que afronta ahora su liquidación facturó en 2012 4,3 millones de euros, un 12,3% menos, según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil. Aquel año, sus pérdidas superaban el medio millón de euros.
La mitad del pasivo que acumula la compañía es deuda financiera y el resto, además de una pequeña parte de proveedores, son recursos cedidos por la propia Filmax. Pese a contar con un único cine, la compañía descarta vender el centro de L’Hospitalet. Prevé aprovechar que es uno de los cincuenta cines con más taquillaje de España y que factura más de cuatro millones de euros al año para continuar con su explotación.
El futuro del grupo de la familia Fernández pasa por centrarse en la producción cinematográfica. La compañía presentó concurso de acreedores en 2010 tras su incapacidad para asumir las cargas crediticias que tenía con la banca. Dos años después, en abril de 2012, levantó el concurso tras alcanzar un acuerdo con la banca que le permitía ganar diez años de plaza para amortizar la deuda.
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