La red convino las bases de concursos con alcaldes de municipios medianos
“Está empalmado”, decía la empresa sobre el regidor de O Carballiño
Vendex convino adjudicaciones con diversos alcaldes de pueblos gallegos y, según los pinchazos, recibía llamadas de Ayuntamientos amigos ofreciéndoles la gestión de los más variados servicios públicos. El paradigma, según el sumario, son los regidores populares de O Carballiño, Argimiro Marnotes, y Boqueixón, Adolfo Gacio. Marnotes inició en 2011 una intensa relación con Vendex. El regidor y el delegado de la empresa en Ourense, Adrián Cordero, entran en contacto entonces, y a partir de ahí las llamadas, sobre todo de Marnotes a la empresa, son constantes. Cordero y su jefe en Galicia, José María Tutor, se muestran entusiasmados con la promesa del regidor de incluir en un futuro concurso público el mantenimiento del parque urbano más grande de Galicia y la limpieza viaria con el compromiso, según se desprende de las conversaciones, de adjudicárselo a alguna empresa del entramado. Los empresarios le presentan las cuentas para que el alcalde las incluya en los presupuestos municipales. Y, según le anuncia Cordero a su jefe, la euforia de Marnotes era grande. “Está empalmado con lo del parque”, ilustra en una conversación.
El 6 de febrero de 2012, Tutor llama a Cordero para que le informe de cómo van los trámites y este se muestra más que satisfecho. Solo habla del parque: “Es de una magnitud increíble. Son 34 hectáreas más 11 zonas comunes a mayores entre plazas, parques y tal”, le indica, y le informa de que estuvo toda la mañana “viéndolo todo” con personal municipal. A la vista de la magnitud de la concesión, Tutor propone contratar como ingeniero a la hija de un comerciante de Ourense. Dan por hecha la operación.
Para “ganarse la voluntad” del regidor y “optar con mayores garantías a ese futuro concurso”, según Aduanas, Cordero ordena a empleados que realicen “obras de jardinería” en la casa que Marnotes tiene en la localidad de Arcos. Los de Vendex acuden con un coche sin rotular dos días de febrero de 2012. Y cumplen la tarea.
Ese mismo mes, Cordero comunica a su jefe que lo llamó Marnotes pidiéndole una cifra “porque está con los presupuestos”. Tutor no se atreve a improvisar una, aunque acaba proponiendo “unos 300.000 limpieza viaria y colegios, pero podría ser una salvajada”. El asunto comienza a quedarles grande. “Va a ser difícil vestir ese muñeco”, se queja Cordero a su jefe. Finalmente Vendex demora los contactos con el regidor y este se molesta. En mayo, Cordero traslada a Tutor el malestar de Marnotes. Le lee el enojado mensaje del alcalde: “Parece que no tenéis el más mínimo interés por el tema que estamos a debatir. Saludos”. Tutor sugiere que le mande “algo para allí” y Cordero le replica que lo que quiere el regidor es la cifra: “Está pendiente de cerrar los presupuestos por nuestra culpa…”.
“Tengo aquí encima de la mesa las bases del invento, ¿Cómo hago, a ver?” Por su parte, Adolfo Gacio, histórico del PP, telefoneó a Sermasa para facilitarle, supuestamente, el pliego de condiciones del concurso del servicio de ayuda en el hogar de Boqueixón cuando aún no había sido publicado. Después, los técnicos de la empresa del grupo Vendex lo corrigieron, se lo devolvieron y el regidor, según Aduanas, “lo hizo suyo”, porque existía un “claro concierto” entre Gacio y el delegado de la firma en la comarca de Santiago, Alberto Quintana, para este “amaño”. La empresa que vertebra la trama Pokémon, para la investigación, fue la “autora intelectual” del sistema de valoración del concurso. Tanto, que los empleados de Vendex, en una charla, se refieren a un problema en dos raíces cuadradas incluidas como fórmulas para la valoración económica, y estas operaciones aparecen en el pliego que se hizo público.
Un día antes de la apertura oficial del sobre B, el de la valoración de la oferta técnica, “totalmente subjetiva”, Sermasa conocía ya el resultado. El propio gobernante, al que en la trama se refieren como “el sheriff de al lado” (al lado de Santiago), le cantó en clave los puntos a su amigo Quintana, según interpreta Aduanas de los pinchazos. A las ofertas las llama “chorizos”, y de esa manera daría a entender que los de Vendex los van a “pagar” a 41, mientras que los de los segundos no valen más que 28,5. Por los siguientes, los de “ese que hizo Casablanca” (en alusión a la empresa Bogar), no van a dar más que 25. Al concurso se habían presentado una decena de firmas que se quedaron con las ganas, seguramente preguntándose cómo pesaba tan poco en el resultado final la oferta económica, totalmente objetiva. Era lo que le convenía a Sermasa, que, medio mes antes del concurso, en febrero de 2012, según revelan los pinchazos se comprometió ya a financiar, al gusto de un “asesor” del alcalde, camisetas y mandiles con el logo municipal para la Festa da Filloa.
Aparte de esto, según los agentes que trabajan con la juez, el alcalde y personal local recibieron regalos. En el momento en que Sermasa gana el concurso, alguien de Boqueixón llama al delegado en Santiago para felicitarlo. Le dice que es que “siembran bien”, y que ahora, explican los agentes que comenta esta persona, “hay que convencer al alcalde para que les deje también la escuela, que así puede meter a su sobrina”. Quintana también dice que pueden “coger la limpieza”, que ya saben “cómo hacerlo”. Gacio fue detenido, imputado y puesto en libertad bajo fianza de 10.000 euros al estallar la Operación Pokémon. A los pocos días, en septiembre de 2012, dimitió.
Beneficios trucados en guarderías
“Vamos a tener problemas con las guarderías. Cerré ahora Fontiñas [...] y tengo un beneficio de 27.000 euros y la otra [probablemente se refiere a Conxo, también en la ciudad de Santiago] va andar por ahí. Tenemos que redondearlas a menos de 12.000 entre las dos”, comenta un integrante de la firma Vendex a otro. “Hay que redondear tambien Órdenes”. A lo largo de las conversaciones que aparecen en el sumario de la Pokémon, aparecen los mandos y los empleados del entramado empresarial maquillando o falsificando, supuestamente, los números de la empresa y las facturas. Es una de las constantes, en las diligencias, desde los primeros folios, cuando un testigo que acaba imputado relata cómo algún restaurante de Lugo inflaba las cuentas para una de las empresas investigadas cobrando riojas de 60 euros a 300.
Ya en enero de 2012, los responsables de Vendex en Madrid parecen preocupados por la morosidad de algunas Administraciones gallegas, que deben varios meses, y al mismo tiempo los encargados del conglomerado en Galicia buscan la manera de trampear las cifras que deben presentar a las autoridades locales. En Ordes, por ejemplo, el balance da entonces “un beneficio de 20.000 euros” y eso no puede ser. Para reducir lo más posible ese margen, según los pinchazos, José María Tutor da instrucciones contables claras: hay que cargar facturas de productos de limpieza, fotocopias, material de papelería de la oficina de Santiago, y lo que se pueda meter en las cuentas de una guardería sin despertar susceptibilidades. “Ojalá cuele, si cuela son burriños”, comentan en la empresa, plenamente conscientes del lifting que planean.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.