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La Acadèmia aúna normativa y coloquialismos en su diccionario

La obra, con 93.349 entradas, culmina 12 años de trabajo

Ferran Bono

Es el diccionario posible. Así lo definen varios miembros de al Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL). Tras 12 años de trabajo, el ente normativo de la Generalitat aprobó ayer la obra más importante desde su puesta en marcha en 2001, el Diccionari Normatiu Valencià, por 16 votos a favor, dos en contra y dos en blanco. 93.349 vocablos conforman el cuerpo de este nuevo instrumento de trabajo y de referencia de la lengua propia que llega a establecer tres niveles en cada entrada o rangos.

El primero es la definición del término normativo. El segundo alude a sinónimos y al uso característico aceptable y no incluye definición. Y el tercero recoge, si se da el caso, el uso más local y coloquial de un término, especialmente referido a la Comunidad Valenciana, que no son propios del registro formal de la lengua y, por tanto, no son normativos. Por ejemplo, en este último nivel se incluyen variantes como gavinet (cuchillo) o giner (enero), cuyo uso se ha extendido en el habla e incluso se ha documentado desde hace siglos (giner se consolidó como apellido), en vez de los normativos ganivet o gener.

Sí se aceptan algunos castellanismos que con el paso del tiempo han sido incorporados plenamente, como en su momento también lo hizo el Institut d’Estudis Catalans con términos como caldo, mucho más extendido que el de brou, por ejemplo. Ahora bien, no se consagran castellanismos tan demoledores como extendidos en Valencia y comarcas próximas, del tipo entonces, pronunciando la ce como una ese.

La inclusión de las variantes más coloquiales y características del habla valenciana, en cualquier caso, ha sido el principal caballo de batalla de los debates que desembocaron en el pleno celebrado ayer. En él se cribaron unas 30 enmiendas que habían quedado vivas de las más de 500 presentadas por los 20 académicos (una plaza no ha sido cubierta). ¿Es un diccionario demasiado dialectalista? ¿Refleja la unidad lingüística del valenciano y el catalán? ¿Ha contentado a los académicos más próximos a las tesis más blaveras (secionistas que defiende que son lenguas diferentes) o los más catalanistas?

Es un diccionario posible y aceptable, objeto de consenso, responden varios académicos consultados, que preferirían que no se recurriese a las etiquetas esquemáticas porque perpetúan el conflicto lingüístico que ha minorizado la lengua autóctona y perjudicado su uso social.

Lógicamente, asume los pronunciamientos normativos de la Acadèmia, como el dictamen sobre la denominación del valenciano. Así se acepta la denominación de lengua valenciana “como la manera tradicional de expresar respeto a su tradición onomástica, compatible con otras denominaciones”, como catalán.

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La primera definición, el primer nivel de las entradas del Diccionari Normatiu Valencià puede ser asumido perfectamente por el Institut d’Estudis Catalans, coincidieron en destacar un par de académicos.

Uno de los aspectos que más se resalta es la inclusión “la rica fraseología valenciana”, frases hechas características y populares que son incorporadas en las entradas de una de sus palabras que la componen.

El diccionario es “una obra largamente esperada, con la que se cierra un proceso laborioso y necesariamente dilatado en el tiempo”, afirmó ayer el presidente de la Acadèmia, Ramon Ferrer, al finalizar la sesión plenaria, que culminó entre de aplausos, según fuentes oficiales de la institución. “El propósito de la AVL”, prosiguió, “y especialmente los componentes de la comisión del diccionario —Jordi Colomina, Rafael Alemany, Ramon Ferrer, Josep Palomero, Artur Ahuir y Manuel Pérez Saldanya—, ha sido proporcionar una obra útil, con definiciones adecuadas y actualizadas para un conjunto variado de usuarios, aunando la tradición lexicográfica con la terminología más moderna”. La intención es publicar el diccionario en la web de la institución el próximo martes y ofrecer una aplicación para que cualquier ciudadano puede sugerir correcciones o contenidos. En un plazo de unos seis meses, tras las posibles revisiones, se publicará la edición en papel.

El Diccionari Normatiu Valencià se suma a las publicaciones de la institución como el Diccionari ortogràfic i de pronunciació del valencià (2005), la Gramàtica normativa valenciana (2006), y más recientemente, la Gramàtica valenciana bàsica (2013).

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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