El secuestro del empresario gallego fue una “represalia” por una deuda
"No hay secuestro, es una represalia por un robo a mi padre", según uno de los detenidos
Uno de los detenidos por el secuestro de Abel Diéguez Neira, el empresario de Cambre (A Coruña) que fue liberado en Lalín (Pontevedra) el pasado viernes, defiende que no se trató "de un secuestro", sino de "una represalia" por una deuda contraída con su padre a raíz de la tala y compra de unos árboles de su propiedad.
"No hay ningún secuestro, es una represalia por una madera que le robaron a mi papá", ha manifestado ante los medios a las puertas del juzgado, Jesús Mejuto, a quien los investigadores señalan como el cerebro del rapto de Diéguez. Junto con su hermano y los otros seis detenidos en la operación, Jesús Mejuto ha sido desplazado desde la cárcel de Teixeiro, donde todos ellos ingresaron el domingo sin opción de fianza, hasta el Juzgado de Betanzos, donde han comparecido de nuevo para la ratificación de la orden inicial de prisión provisional. Mejuto estaría aludiendo a los 12.000 euros más intereses -unos 16.000 euros- que la empresa Dieda Forestal e Inversiones S.A. fue condenada a pagar por sentencia judicial en 2012 a su padre para abonar una deuda adquirida tras la compra y tala de unos eucaliptos de su propiedad, según informa Europa Press.
En esa sentencia se ratifica que el 8 de febrero de 2011 se suscribió un contrato entre Dieda Forestal y el padre de los hermanos Mejuto para la compra y tala de madera de unos árboles por un precio total de 34.000 euros que se acordó abonar en tres plazos. El documento ratifica que la empresa habría abonado los dos pagos (de 8.000 y 14.000 euros) quedando pendiente un tercero por 12.000 euros, que el padre de los hermanos Mejuto reclamó por vía judicial y que, según publican este miércoles La Opinión y Faro de Vigo, falleció sin cobrar la deuda.
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