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El circuito de pruebas para trenes AVE de Antequera se instala en el limbo

La negociación de Fomento para impulsar el anillo ferroviario se estanca

Protesta de agricultores contra el anillo en 2011.
Protesta de agricultores contra el anillo en 2011. garcía-santos

El Centro de Tecnologías Ferroviarias de Málaga, ubicado en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), es sede actualmente de 39 empresas que desarrollan proyectos vinculados a la alta velocidad junto con Adif. "Es uno de los proyectos más relevantes que se ha hecho en Europa de colaboración público-privada", resalta Felipe Romera, director general del PTA, un animador desde el origen de un proyecto que ha sido capaz de conformar un cluster de multinacionales y pequeñas y medianas empresas dedicado a la investigación ferroviaria. El centro funciona, pero el proceso está cojo porque no hay forma de materializar su infraestructura estrella: el anillo de Antequera, un circuito de 58 kilómetros destinado al ensayo con trenes AVE, que podrán superar en pruebas los 500 kilómetros por hora.

El anillo ferroviario está estancado. El interés empresarial por este proyecto ha sido constante desde que el anterior Gobierno del PSOE impulsó la iniciativa, pero la sorpresa fue mayúscula cuando el concurso convocado para la construcción y gestión del circuito, con participación pública y privada, quedó desierto en verano. Las empresas consideraron que las condiciones eran excesivamente duras. El presupuesto de ejecución (estimada en unos tres años) es de 386 millones de euros y la obra tiene autorizados 215 millones de fondos europeos que podrían perderse.

Agricultores contra el proyecto

Los 58 kilómetros del anillo ferroviario de Antequera tienen forma elíptica y se extenderán por terrenos de cinco términos municipales: Antequera, Mollina, Fuente de Piedra y Humilladero, en Málaga, y Benamejí, en Córdoba. El proyecto afecta de lleno a la Vega de Antequera, una zona fértil de regadío con cereales, hortalizas y olivos. Los agricultores rechazan esta infraestructura desde el principio y las protestas para evitar su ejecución fueron sonadas cuando el proyecto recibió el impulso definitivo. “No es el lugar más adecuado para hacerlo; es la comarca más rica de Málaga y el daño a la agricultura sería irreparable”, apunta Carlos Carreira, representante de Asaja. Actualmente hay en curso media docena de casos promovidos por la organización agraria por la vía contencioso-administrativa que denuncian que el proyecto no ha seguido los trámites adecuados y un supuesto incumplimiento de la normativa del uso del suelo. El circuito afecta de lleno a unos 400 agricultores y 733 parcelas. “No es cierto que sean grandes propietarios, como se ha dicho, sino explotaciones pequeñas”, precisa Carreira. Las expropiaciones directas se extenderán sobre 840 hectáreas de terreno, procedimientos que aún no se han iniciado. Carreira recuerda que se han realizado inversiones muy fuertes en regadío, que ahora no servirían para nada, y que la agricultura se ha convertido en un soporte importante para afrontar la crisis. Los cultivos más dañados son ajos, patatas y olivar. En total, Asaja calcula que se podrían perder unos 50.000 jornales al año. “Las mejores tierras de la Vega están damnificadas por el anillo”, afirma. Para Carreira, solo hay pegas. La Vega es una zona inundable y el anillo, si se hace, irá elevado, en algunos tramos hasta 20 metros, relata. “Se podía haber llevado a otro lugar”, concluye el representante de Asaja.

Desde entonces, nada de nada. Fomento se planteó en los meses siguientes la convocatoria de un nuevo concurso con un pliego de condiciones más suave, algo que no ha ocurrido. Hay conversaciones entre el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y posibles empresas interesadas, pero sin avances. El PP asegura que el Gobierno apuesta por esta infraestructura. "Contactos ha habido, pero de momento no ha fructificado nada", explican fuentes de Adif. El anillo ferroviario de Antequera está atascado.

El diputado del PSOE por Málaga, Miguel Ángel Heredia, lamenta el año y medio que la ministra de Fomento, Ana Pastor, tuvo el proyecto "guardado en el cajón". A su juicio, fue un tiempo perdido. Esta infraestructura está en tiempo de descuento porque en diciembre de 2015 hay que acreditar que la obra está ejecutada para mantener los fondos europeos. "Habría que volver a negociar para que ese dinero no se pierda", argumenta el diputado, que hace unos días pidió la comparecencia en el Congreso de la ministra.

"El anillo es el proyecto más importante que hay actualmente en Andalucía, que puede situarse como referente internacional en investigación, desarrollo e innovación de alta velocidad", añade Heredia. En su opinión, sería "un escándalo" dejar perder el dinero de Europa, además de la pérdida de empleo. Se calcula que en la construcción se podrían generar unos 7.000 puestos y el futuro centro daría empleo de alta cualificación a más de 200 personas.

Lo único que hay ahora mismo en pie relacionado con el anillo son dos naves enormes en las inmediaciones de la estación de Bobadilla destinadas a ser el futuro Centro Integral de Servicios Ferroviarios. Están sin uso. Levantarlas ha costado 6,6 millones y se han invertido 3,5 millones en su equipamiento.

Al director general del PTA le preocupa el futuro del circuito. No lo liga totalmente al Centro de Tecnologías Ferroviarias, pero lo considera "un elemento fundamental". "El esquema se basa en un centro de innovación de alto nivel, en un lugar de pruebas, que es el anillo, y en la búsqueda de mercados internacionales. La caída de una de estas piezas fastidiaría mucho al proyecto", indica. Romera no entendería que la infraestructura se pudiera perder por detalles técnicos. "Tendríamos todos una sensación de fracaso", añade. Porque para él, el anillo de Antequera "es una gran caña de pescar para atraer inversiones".

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