El PSC envía a los críticos al gallinero del Parlament

Los tres diputados críticos del PSC que votaron a favor de la pedir la consulta al Parlament fueron rebajados ayer a diputados rasos por la dirección del grupo parlamentario y esta mañana se ha visualizado el castigo en el Parlament, al quedar relegados a la penúltima fila del hemiciclo.

Joan Ignasi Elena, Marina Geli y Núria Ventura han ocupado desde el inicio de la legislatura la primera fila de la bancada socialista, dada su condición de portavoces de varias comisiones parlamentarias. Esta mañana han sido arrinconados en la cuarta fila de diputados socialistas, junto a otros cuatro diputados de Ciutadans. Por detrás de ellos figuran el resto de diputados de la formación que lidera Albert Rivera y la tribuna de invitados.

El desplazamiento de los diputados críticos ha coincidido con una reorganización del grupo parlamentario socialista y una recolocación de los diputados del PSC. Así, Pere Navarro sigue ocupando la primera silla junto al pasillo y junto a él, el portavoz parlamentario Maurici Lucena. Ahora se ha sentado junto a Lucena la portavoz adjunta, Montserrat Capdevila, y a su lado, Celestino Corbacho, que también es desde hoy portavoz adjunto tras la renuncia del diputado Jaume Collboni, que se centrará a partir de ahora en la campaña de las elecciones primarias del PSC en Barcelona. Hasta ahora, Corbacho estaba sentado en el hemiciclo entre Elena y Geli, alineado con Navarro.

Elena era portavoz socialista en la comisión de cultura y Geli, portavoz en la comisión de salud. Por su parte, Ventura era la secretaria de la comisión de la Corporación Catalana de Radio y Televisión y portavoz de la comisión de infancia. Los tres diputados críticos han encajado de mala gana la decisión de la dirección del grupo. "Esto nos evita y facilita dar demasiadas explicaciones sobre la cultura política que se ha de cambiar", ha dicho uno de ellos. Al ser preguntado por el nuevo emplazamiento, Joan Ignasi Elena ha asegurado: "Desde que hice primaria me importa muy poco los asientos". A pesar de ello, el exilio ha provocado un profundo malestar en los díscolos. Además no se les ha permitido participar en la reunión del grupo parlamentario previa al pleno.

La ubicación de los diputados socialistas en la penúltima fila del Parlament culmina una semana de castigo continuado por romper la disciplina de voto del PSC el pasado día 16. El lunes, la comisión de garantías del partido les abrió expediente y los expulsó de todos sus cargos en la comisión ejecutiva, en el consejo nacional y en las ejecutivas locales del partido. El miércoles, la dirección del grupo parlamentario les arrancó todos los galones que tenían como diputados socialistas y hoy han quedado arrinconados en la cámara.

Es la visualización más evidente de la frase pronunciada hace unos días por un dirigente del PSC: "Nos da igual lo que voten, que hagan lo que quieran. Ya no representan al PSC". Ahora queda por ver cómo se resuelve el expediente disciplinario, que puede tardar tres semanas, y que si fuera por Pere Navarro concluiría con la expulsión de los tres diputados críticos del partido y del grupo parlamentario.