_
_
_
_
CRÍTICA | DANZA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El inevitable rodillo del tiempo

Decouflé muestra los camerinos y las entretelas de la escena, todo tiene un airecillo retro y desenfadado (dentro de un orden) que a veces funciona y otras es embarazante

En Panorama todo es muy francés, muy extremo en el gusto (las americanas homenajean a Thierry Mugler, ramalazo de alta moda imposible que aparece en algún otro traje) y con aquel consciente propósito de epatar a los burgueses, como si eso tuviera validez y no fuera algo de otra época, superado como los propios fragmentos coreográficos revisitados. Lo mejor sigue siendo el aire surrealista que aportan ciertas cosas, como los microbios, y aquí muy presente el aura (espectral y estética) de Nikolais.

Decouflé muestra los camerinos y las entretelas de la escena, todo tiene un airecillo retro y desenfadado (dentro de un orden) que a veces funciona y otras es embarazante; diríase que es la esencia del coreógrafo en estado puro, una cierta banalidad avalada generacionalmente y que en su momento, cumplió, tuvo su efecto y su rol. Pero el tiempo también ha pasado factura aquí y demostrado, cuan frágil y difícil es lograr la atemporalidad. No creo que estos materiales hagan hueso viejo en el repertorio ni que duren más allá de su propia evanescencia y no quiero ni pensar la teoría (francesa) que se articularía dentro de 50 años en torno a lo que, en sí mismo, es circunstancial.

PANORAMA

Compañía DCA (Francia). Coreografía: Philippe Decouflé; música: Kart Biscuit, Hugues de Courzon y otros; vestuario: Philippe Guillotel; luces: Begoña García-Navas. Teatros del Canal. Hasta el 19 de enero.

Los elementos circenses y acrobáticos son bastante simples, al alcance de los bailarines y presentados con maneras y un cierto empaque artístico que los hace pasables, no por ello menos aburridos; en cuanto a los chistes, como decía Voltaire, comprender el humor extranjero es una ciencia ardua (él hablaba del inglés, pero da igual).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_