Mal de altura del Eibar

Ha podido ser el efecto del mal de altura. Cuando tenía todo a su favor para entrar en la zona de ascenso, en una jornada plagada por los regalos de sus rivales más directos, el Eibar ha fallado en su casa. Era la despedida de la primera vuelta, los aficionados contaban con los dedos los puntos para acceder a los puestos de gloria y ha venido el Numancia, que acababa de perder en su campo con el colista Alaves, y se ha llevado en silencio los tres puntos.

Han sido este tipo de encuentros en los que el favorito sigue sin quitarse de la camiseta mientras el rival va acumulando méritos que le permiten dominar el marcador. El Numancia ha llegado con ganas de desquitarse el mal rato que le hizo pasar el Alavés hace ocho días en Soria y el Eibar ha acabado pagando los platos rotos.

En un partido muy igualado, los sorianos marcaron dos goles psicológicos antes y después del descanso, mientras que los guipuzcoanos perdieron tanto el partido como una buena ocasión de estar más arriba en la clasificación.

El Numancia buscó desde el principio la portería eibarresa, demostrando que no se conformaba con el empate. Con todo, la primera ocasión clara fue de los guipuzcoanos, ya que un disparo de Yuri fue despejado con apuros por el portero Biel Rivas y el rechace lo desaprovecharon Jota Peleteiro y Morales.

A continuación pudo marcar el Numancia en una jugada embarullada en la que pudo haber mano de Raúl Navas, y minutos más tarde un tiro del canterano soriano Luis Valcarce se fue fuera por poco. Justo antes del descanso se produjo una jugada clave. Un centro de Natalio desde la banda derecha sin peligro aparente golpeó en la mano del defensor Yuri en el área eibarresa y el árbitro señaló un penalti que transformó Julio Alvarez.

Nada más empezar la segunda parte (,.47) Sergi Enrich marcó tras hacer la pared con Luis Valcarce. Con el 0-2 en contra, el Eibar no se rindió y marcó Jota Peleteiro de cabeza a centro de Arruabarrena.

El 1-2 animó a los azulgranas, que se fueron al ataque y jugaron sus mejores minutos. Arruabarrena cabeceó fuera; y en una acción posterior Peleteiro se escapó de la defensa por la banda derecha y centró el pase de la muerte, pero no llegó a rematar Urko Vera. No era el día.