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El mundo de la cultura visita la capilla ardiente de Castellet

Mascarell destaca su papel en la consolidación del canon catalán

El consejero Ferran Mascarell saluda a Pilar Bertran, editora de Edicions 62.
El consejero Ferran Mascarell saluda a Pilar Bertran, editora de Edicions 62. consuelo bautista

Bajo un cielo gris, familiares, amigos, personalidades del mundo de la cultura y representantes institucionales lamentaron ayer la pérdida del escritor, crítico y editor Josep Maria Castellet, una de las grandes figuras del panorama cultural e intelectual catalán y español de la segunda mitad del siglo XX, fallecido este jueves en Barcelona a los 87 años. Unos lo recordaron como un referente y maestro de espíritu cosmopolita, la mayoría destacaron su faceta de amigo y compañero de viaje.

La capilla ardiente, situada en el tanatorio de Sant Gervasi de Barcelona, abrió puntualmente a las 12.30 horas y el consejero de Cultura, Ferran Mascarell, fue de los primeros en llegar. El político ensalzó el gran papel de Castellet en la consolidación del “canon de la literatura catalana actual” y lamentó la pérdida “del último clásico e intelectual de aquella manera de ser de los intelectuales del siglo XX, con una mirada humanística”. El consejero de Agricultura Josep Maria Pelegrí, así como el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, también expresaron sus condolencias.

Castellet ejerció como director literario de Edicions 62 durante más de 30 años, en los que incorporó al catálogo algunos de los autores contemporáneos más importantes del panorama literario nacional e internacional. Las actuales directoras de la editorial, Pilar Beltran y Ester Pujol, lo recordaron emocionadas como un referente y declararon ser unas privilegiadas por haberle conocido. Beltran apuntó su faceta de lector y crítico y Pujol destacó su generosidad y su papel de “activista cultural”. El director general del Grupo 62, Xavier Mallafré, también estuvo presente y arropó a la familia de Castellet.

“Las grandes editoriales e intelectuales europeos tenían en Castellet su único contacto cuando España estaba cerrada”, recordó el expresidente del Institut d'Estudis Catalans, Salvador Giner. Y es que gracias a su empeño, autores como Alain Robbe-Grillet o el premio Nobel de Literatura Claude Simon fueron conocidos dentro de una España franquista. El catedrático y crítico Joaquim Molas destacó además que “trabajó siempre a favor de las relaciones entre culturas”. Su biógrafa Teresa Muñoz, el poeta Pere Gimferrer o el editor Xavier Folch, también lamentaron su pérdida.

El último adiós a Castellet será hoy a las 10.30 horas en el mismo Tanatorio de Sant Gervasi.

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