Sacerdotes vascos piden el fin de la dispersión de los presos de ETA

Las Comunidades Cristianas Populares, el colectivo Herria 2000 Eliza y la Coordinadora de Sacerdotes de Euskal Herria han exigido el final de la dispersión de los presos de ETA y la libertad de aquellos que se encuentren gravemente enfermos.

Cerca de medio centenar de personas pertenecientes a estos tres colectivos se han concentrado frente a la catedral nueva de Vitoria y posteriormente han ido en manifestación hasta la sede del Parlamento vasco, tras una pancarta en la que se leía en castellano y euskera "He sido enviado a liberar a los presos", un lema que ya han utilizado en anteriores ocasiones.

Tras la concentración inicial, varios portavoces de los colectivos han leído un comunicado en el que, entre otras cosas, han mostrado su adhesión a la movilización a favor de los derechos de los presos de ETA convocada el sábado en Bilbao por el colectivo "Tantaz tanta" (Gota a gota) y han llamado al conjunto de la iglesia vasca a participar en ella.

En el manifiesto, los tres colectivos denuncian lo que a su juicio es un injusto régimen penitenciario y la "conculcación" de los derechos de los presos. Propugnan un "amplio consenso social y político que permita el regreso a casa" de los presos, como "paso definitivo para la resolución democrática del conflicto" y, a partir del reconocimiento de las "injusticias cometidas", han exigido la "memoria, verdad y justicia para todos".

Además, han expresado su compromiso para lograr a "justicia, la amnistía, la libertad, la convivencia y la paz política y social para Euskal Herria y para todos los pueblos".

Estos tres colectivos que se adhieren a la manifestación del sábado de Bilbao están integrados por religiosos y cristianos de base que en anteriores casos también se han posicionado a favor de los derechos de los presos de ETA.

En agosto de 2012 se concentraron en el exterior de la catedral del Buen Pastor de San Sebastián para demandar la excarcelación del preso de ETA enfermo Iosu Uribetxebarria, condenado por el secuestro del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, así como del resto de reclusos enfermos.