En la azotea del viejo cine
La actriz, recorre la Corredera Baja de San Pablo y hace un alto para ver las puestas del sol
1. Kikekeller. Es una tienda de muebles artesanos. Los hace Kike, que tiene un gusto muy especial. Son modernos, de hierro, espectaculares. También es una sala de exposiciones y un bar de copas, pero esto último solo de jueves a domingo. Me parece remarcable que en una época de crisis como esta hayan sabido darle a su local tantas salidas (Corredera baja de San Pablo, 17).
2. El Templo de Debod. Lo visito muy a menudo con mis perros, que pueden correr por sus grandes extensiones de césped. Es uno de los lugares más románticos de Madrid por sus preciosas puestas de sol.
3. Patio del Museo del Romanticismo. Voy a tomarme un té o a leer. Es un lugar secreto, del que nadie me había hablado nunca. Un día fui a visitar el museo, que por cierto está muy poco publicitado, y lo descubrí. Es una maravilla (San Mateo, 13).
4. Gymage Lounge Resort. Es la terraza que está en lo alto de los antiguos cines Luna. Celebré allí mi último cumpleaños y mis amigos fliparon. Es un lugar único que tiene muy buena música. Las campanas repican cada poco, lo que le da un toque mágico. Cuando suenan, da la sensación de estar en un pueblo (Corredera Baja de San Pablo, 2).
5. Fescinal. Yo los llamo los cines de la Bombilla. Es un sitio muy recomendable donde pasar las noches de verano en Madrid. Puedes llevarte a los perros y comerte un pollo de Casa Mingo mientras ves la luna reflejada en la pantalla (Plaza San Antonio La Florida, 1).
La pintura como terapia
Carmen Conesa (Barcelona, 1960) no ha logrado su sueño infantil de ser ventrílocua, pero se ha curtido en las tablas, en el cine, en la televisión y en el lienzo. Aunque de esto último no vive, confiesa que la pintura es su terapia para la soledad.
6. Senf. Esta taberna alemana me encanta. Es muy pequeñita, pero que el tamaño del local no engañe, tienen las mejores salchichas de toda la ciudad y el chucrut está simplemente delicioso, por no hablar de la cerveza. A Belén, su propietaria, la conocí porque me ayudó a salvar a un perrito perdido en la calle. Yo no podía hacerme cargo de él y ella lo hizo por mí sin conocerme de nada. Se ganó mi respeto y dos clientas para toda la vida (San Joaquín, 12).
7. El carril bici de Madrid Río. Es fantástico. Suelo ir los fines de semana con mi hija. Puedes hacer kilómetros y kilómetros junto al río. Juntas lo paseamos, le damos a las ruedas o cogemos los patines. Es una gozada, sobre todo en primavera.
8. Casa de Vacas. Es la casa rosada del Retiro. Se trata de una sala enorme de exposiciones, aunque también cuenta con un teatro chiquitito en su interior. Yo expuse aquí mi pintura bajo el título Simplemente. Tuvo muy buena acogida. Le tengo especial cariño a este lugar. Se lo recomiendo a todos los madrileños y a todos los extranjeros que vengan a conocer la ciudad (Paseo de Colombia, El Retiro).
9. Restaurante Maricastaña. La dueña lo está sabiendo llevar muy bien. Siguen una filosofía de comida natural, donde todos los gustos y todas las nuevas tendencias nutricionales tienen cabida. Tienen pan de centeno, pan para celiacos, macrobiótico… Y el atún rojo con fresa y brotes de soja está riquísimo (Corredera Baja de San Pablo, 12).
10. Ateneo. Este edificio del siglo XIX logra transportarme a otra época. Su biblioteca es espectacular. Tiene tres plantas y libros que datan del año 1500. Era un club de intelectuales, laico y agnóstico. Ahora está un poco olvidado, pero confío en que lo vuelvan a relanzar porque, de verdad, merece la pena conservarlo (Prado, 21).
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