Barberá advierte a Bankia de las consecuencias de la venta del Valencia
La alcaldesa recuerda que muchos clientes de la entidad simpatizan con el club La oposición exige a la entidad valencianista que cumpla los acuerdos con el Ayuntamiento La entidad que preside Amadeo Salvo debe terrenos, 20 millones y un polideportivo a la ciudad
Bankia está dispuesta a vender al mejor postor uno de los grandes iconos de la capital, el Valencia Club de Fútbol. Descartada la refinanciación de los casi 90 millones de euros que arrastra el principal accionista del club, la Fundación, la entidad financiera anunció que ponía a la venta el paquete de control.
El anuncio de la entidad financiera, intervenida por el Gobierno, se conoció durante la celebración de la junta de accionistas del club del martes. La noticia dejó ayer indiferente a poca gente. Horas después de conocerse la noticia, la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia, así como los grupos de la oposición política, se pronunciaron sobre la operación.
La primera que rechazó la posible venta fue la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que no sólo dejó patente su oposición a la iniciativa sino que advirtió a Bankia que no le conviene enajenar el club porque gran parte de su base de clientes reside en Valencia, simpatiza con el club y no vería con buenos ojos un gesto así.
La estrella del club dejó de refulgir poco después del estallido de la burbuja inmobiliaria. Atrapado entre sus dos estadios —el viejo cuyos solares no ha conseguido vender después de recalificados, y el nuevo, un macroestadio para cerca de 75.000 espectadores, a medio constru-ir—, el Valencia acumula una deuda superior a los 250 millones de euros —entre acciones y préstamo para obras—, Su situación económica no puede ser más delicada. La Generalitat, que avaló el préstamo a la fundación, no está además dispuesta a inyectar más dinero al club.
Fue en 2001 cuando Barberá, en una final de Champions que enfrentó al Valencia con el Bayern en Milán, comenzó a fraguar la idea de un macroestadio valencianista con vistas a que la capital pudiese albergar un final de la UEFA. Como recuerdan algunos, ahí empezó parte del embrollo. “Hay que sentarse y esperar más tiempo”, agregó la alcaldesa, lanzando una segunda advertencia contra la posible venta: “Creo que no es una buena solución, ni es lo que quieren los valencianos, ni es lo que quieren los valencianistas, ni es lo que debiera ser”.
La oposición también opinó. Los socialistas reclaman la comparecencia del vicepresidente del Consell, José Ciscar, en las Cortes para que explique la situación del club y los posibles escenarios que maneja ante la crítica situación económica de la entidad. El portavoz municipal socialista Joan Calabuig exigió además a Bankia “sensibilidad” con el Valencia. “La importancia del club es máxima porque es un elemento estratégico para la ciudad y su proyección internacional”, defendió el concejal, quien pidió más tiempo y coincidió con Barberá en que los clientes de Bankia pueden verse influidos por la decisión de la entidad. Calabuig denunció que la situación es “una derivada de la pérdida del entramado del poder financiero valenciano gracias a la gestión del PP”.
Enric Morera, portavoz de Compromís, denunció que tras el anuncio se esconde, “un gran pelotazo”. “Lo que podrían hacer es una cesión de crédito, que es una venta encubierta, porque si la Fundación Valencia CF no paga el vencimiento, el que tenga la cesión se hará con las acciones y de esta forma con el poder del club, una de las sociedades civiles más importantes de la ciudad”, agregó el diputado.
Morera advirtió que si eso ocurre, “podría entrar un tercer actor que se aprovecharía de las recalificaciones que ya se han hecho en los terrenos de Paterna y en el viejo Mestalla. También está el nuevo Mestalla que, no olvidemos, está en terrenos dotacionales de propiedad municipal”. El asunto puede llegar hasta la Audiencia Nacional, dijo.
La portavoz de Esquerra Unida, Marga Sanz, añadió que la situación suscitada en el club se debe a “años de políticas de despilfarro” por parte de los directivos de la entidad. "Esta política ha estado avalada por la propia administración, por tanto, poniendo en peligro el dinero de los valencianos, cuando hay que recordar que el Valencia CF es un club emblemático pero es un club privado", agregó Sanz. El concejal en Valencia Amadeu Sanchis alertó de que la venta puede poner en peligro los acuerdos alcanzados entre el Ayuntamiento y el club: la entrega a la ciudad de varios solares, el abono de 20 millones de euros y el prometido polideportivo de Benicalap.
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