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la reforma local

El Ayuntamiento acabará el año con un superávit de casi 1.000 millones

El fuerte aumento de los ingresos municipales se dedicará fundamentalmente a pagar la deuda a los bancos

El Ayuntamiento de Madrid cerrará el año con un superávit de cerca de 1.000 millones de euros, según señaló el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta (PP), que lo achacó a que “ha ajustado sus gastos a sus ingresos”. El Ministerio de Hacienda tiene intervenidas las cuentas municipales desde 2012, tras aprobar dos rescates consecutivos (en total, 1.370 millones) para abonar sus facturas pendientes. Sin embargo, no es cierto que gastos e ingresos estén ajustados. El superávit municipal se debe, principalmente, a que este año ha pedido más dinero a los bancos para salvar a sus empresas locales y abonar los recibos impagados. Los gastos corrientes (sueldos, obras y servicios) están congelados, tras los recortes aprobados por la alcaldesa, Ana Botella (PP), que han afectado también a los contratos de servicios (barrenderos, jardines, etcétera).

Los gastos suben menos. Los ingresos y gastos municipales sí cuadraban sobre el papel en el plan de ajuste que el Ministerio de Hacienda impuso en 2012 al Ayuntamiento. Para este año, el Gobierno municipal proyectaba ingresar 4.292 millones y gastar 4.268 millones. Sin embargo, en los datos actualizados a fecha de octubre, la cifra de ingresos para 2013 se había disparado hasta los 5.561 millones, mientras que la de gastos subía a 4.808 millones.

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Es decir, los ingresos son un 30% superiores a lo previsto, y los gastos un 11%. De esta forma, el Ayuntamiento prevé un superávit en términos de ejecución presupuestaria de 757 millones, que se convierten en 841 ajustado a contabilidad nacional. Los 1.000 millones a los que hizo alusión el Ministerio de Hacienda son, o bien una aproximación optimista, o bien una proyección ajustada con datos que no son públicos.

Más deuda, más dinero. Los ingresos han aumentado sobre lo previsto, en parte debido a la subida de impuestos y de recaudación fiscal, y en parte porque el Ayuntamiento ha logrado vender más parcelas y edificios de los que en principio preveía.

El desajuste al alza se debe a la prudencia con la que fueron formuladas esas previsiones, sobre todo en lo que se refiere a las transferencias del Estado. Además, Botella se ha cuidado de no incluir en sus presupuestos ninguna venta inmobiliaria que no tuviera seguro que se fuera a concretar (alguna se ha colado, como la de una parcela que la EMT precisaba para cuadrar sus cuentas y que no se ha cerrado).

El Samur seguirá siendo local

El Ayuntamiento de Madrid podrá mantener el Samur y su red de servicios sociales pese a la reforma local que, tal y como está siendo tramitada en el Parlamento, obligaría a la capital a ceder esas competencias a la Comunidad. La alcaldesa, Ana Botella, y el presidente regional, Ignacio González, habían exigido al Gobierno un cambio de la norma: Botella, porque no quería perder los servicios más apreciados por la ciudadanía (y por ella misma); González, porque veía imposible asumir su coste.

El secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, avanzó hoy que el Ayuntamiento podrá “asumir competencias que no le son propias en función de la nueva ley” gracias al superávit con el que calcula cerrar el ejercicio. “Hemos trabajado mucho”, “hemos los deberes”, ha dicho Botella.

El Ayuntamiento mantendrá el Samur, que “está clarísimo que cae dentro de la esfera local”. E incluso verá ampliado su radio de acción a toda la ciudad, tanto dentro de las viviendas (hasta ahora, responsabilidad del servicio regional de emergencias) como en la vía pública.

La Comunidad se ahorra un gasto extraordinario de entre 500 y 1.000 millones de euros que no estaba en condiciones de asumir. Y el Gobierno se evita uno de los grandes problemas de la ley ahora en tramitación.

La nueva norma restringe al mínimo las competencias de los Ayuntamientos y les prohíbe prestar unos servicios que, en el caso de la capital, lleva años ofreciendo. Tanto el PSM como IU habían advertido que podría servir de excusa para una poda brutal de servicios sociales.

Madrid iba a perder prácticamente todas las funciones del área de Asuntos Sociales, con 486 millones de presupuesto y servicios como ayuda a domicilio, programas de infancia y juventud, políticas de igualdad e integración, y teleasistencia para 133.000 mayores; 16 centros de Madrid Salud; 17 centros de mayores; 56 escuelas infantiles...

Además, la Comunidad tendría sólo un año de plazo para asumir estos servicios y dotarlos de una financiación “adecuada y suficiente”, lo que coincidiría con las elecciones municipales y autonómicas de 2015.

Los ingresos corrientes no financieros ascienden a 4.831 millones, mientras que los ingresos totales son 5.562 millones. La verdadera razón del superávit son así los 730 millones que el Ayuntamiento ha tomado prestado a los bancos, tanto para pagar sus facturas como para rescatar a empresas municipales de la quiebra. Ese dinero no figuraba en las previsiones, de ahí que el superávit sea tan superior a lo calculado.

Los servicios no mejoran. Frente a la subida espectacular en el capítulo de ingresos, se ha producido una bastante más moderada en los gastos. Pero ese aumento de gastos no ha sido para mejorar los servicios municipales o realizar inversiones en polideportivos, bibliotecas o asfaltado de calles, sino para pagar mayor cantidad de deuda a los bancos.

La previsión de gasto para 2013 en sueldos de funcionarios, bienes y servicios para los ciudadanos y obra pública era de 3.514 millones. A eso se sumaban 755 millones en pago de deuda a los bancos para llegar a la cifra total de gasto de 4.268 millones.

En los datos revisados a fecha de octubre, la cifra de gasto total es de 4.808 millones. Sin embargo, el gasto no financiero es de 3.579 millones, es decir, apenas un 2% superior al previsto. El aumento real se produce en el gasto financiero (el pago a bancos), que pasa a ser 1.229 millones, es decir, un 63% superior a lo previsto.

Superávit artificial. El Ayuntamiento ya vendió el año pasado un superávit similar (879 millones en términos de contabilidad nacional, frente a los 841 millones previstos para este año). Pero en ese caso se debía fundamentalmente a la inyección de más de 1.000 millones del rescate gubernamental para pagar facturas.

En 2013 se ha beneficiado de otro rescate, aunque de menor cuantía (350 millones); pero, además, el Ministerio de Hacienda le ha permitido aumentar su endeudamiento para salvar a las empresas municipales de la ruina.

Así, el margen de superávit municipal en 2013 sigue siendo artificial, o al menos mucho menor del que proclaman tanto Botella como Beteta. Quizá por ello no sube el gasto en servicios para los ciudadanos: porque sigue sin haber apenas dinero para otra cosa que no sea pagar a los bancos.

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