Puig niega que los inversores estén preocupados por el soberanismo
“La Ley Wert está hecha para fracasar y conviene que fracase”, afirma el consejero de Empresa
El consejero de Empresa y Empleo de la Generalitat, Felip Puig, ha negado este mediodía que el debate soberanista preocupe a los empresarios e inversores. “Por lo que yo capto, no preocupa”, ha respondido a la pregunta del público durante el coloquio del foro Barcelona Tribuna. Puig ha explicado que en las entrevistas que mantiene con empresarios extranjeros instalados en Cataluña “incluso acompañando al presidente Mas, en ningún momento este tema ha aparecido, tampoco en reuniones con los cónsules”. Puig ha recordado que Cataluña es la región europea que capta más inversión europea y ha insistido en que “el proyecto soberanista no ha generado ninguna inquietud”. “No alcanzar determinado nivel de autonomía sí sería una ruina para nuestra economía”, ha zanjado.
Sobre las encuestas que vaticinan una victoria electoral de ERC frente a CiU, el consejero les ha restado importancia: “No me preocupa, cuando la duda sea quien debe gobernar este país, CiU seguirá siendo la primera fuerza. Sin Convergencia no habrá independencia, una parte del país ve en CiU el mejor instrumento de interpretación de sus emociones”, ha concluido.
Puig ha arremetido contra leyes del Gobierno español como la reforma energética, la de horarios comerciales o, sin pelos en la lengua, la reforma educativa aprobada la semana pasada en el Congreso: “La ley Wert no es una ley que contribuya a la formación de las personas ni a la creación de capital humano, está hecha contra todo el mundo (profesores, padres, estudiantes), está hecha para fracasar y conviene que fracase por el bien de la sociedad y de nuestra economía”.
Durante su intervención Puig ha apostado por “profundizar” algunas de las reformas impulsadas. “Seamos honestos y asumamos que parte de los problemas que tenemos son por déficits estructurales, no hemos aprovechado para hacer todas las reformas necesarias”, ha dicho y ha abogado por “profundizar” en los cambios en capítulos como la educación (más enseñanza en empreneduría), la innovación (apoyo a la industria), la financiación empresarial (que la banca aba el grifo del crédito), el modelo energético (mayor competitividad en costes), la justicia (más arbitraje) y la administración pública (menos burocracia). “Se extrañarán de que no pida una reforma laboral”, ha matizado, y ha argumentado que la mejora de la competitividad “no puede descansar exclusivamente en los ajustes laborales”.
Puig ha finalizado su intervención como suele últimamente en este tipo de foros, afirmando que más allá de las reformas estructurales, lo que necesita Cataluña para mejorar su competitividad son “estructuras de Estado” que permitan modificar el modelo de relaciones económicas. Concretamente, y dado que “dos de cada cinco euros que aporta Cataluña no retornan”, el consejero ha pedido una hacienda propia.
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