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El decapitador de su hija no sufría ningun trastorno mental

Psiquiatras, psicólogos y médicos forenses declaran que el acusado sabía lo que hacía en el momento del crímen

La mayoría de psiquiatras que visitaron a Marcelo Ruiz creen que sabía lo que hacía cuando decapitó a su hija, según él, cumpliendo un “sacrificio satánico” por orden del diablo. Los ocho peritos que han declarado hoy han mantenido que en el momento del crimen, el mediodía del 10 de noviembre de 2011, el acusado no sufría ningún trastorno mental que le anulara totalmente sus facultades mentales. El fiscal ha mantenido la petición de pena de 19 años de cárcel y la defensa ha pedido 10 años de internamiento psiquiátrico, y alternativamente, 10 años de cárcel.

Los psiquiatras, psicólogos y médicos forenses que han declarado hoy han coincidido en que no tenía anuladas totalmente sus facultades mentales, no obstante, han apreciado diferentes alteraciones. Los psiquiatras del centro penitenciario de Brians, que le trataron durante cinco meses, concluyen en su informe que “no tenía ningún trastorno mental grave o severo que le altere sus capacidades cognitiva y volitiva”, aunque si se aprecia “un trastorno inespecífico de la personalidad”.En esta misma línea han declarado los dos especialistas en psiquiatría forense del Instituto de Medicina Legal de Girona, que le atendieron el día del crimen y a la mañana siguiente. Ninguno de ellos aprecia “ninguna alteración psiquiátrica mayor”, es decir, consideran que no sufría “ningún trastorno psicótico agudo” y por lo tanto su voluntad “no se vio influenciada por ningún trastorno”.

En cambio, los psiquiatras propuestos por la defensa, han asegurado que el acusado sufrió en el momento de los hechos un “trastorno psicótico breve”, con altos índices marcadores de esquizofrenia y paranoia, que “le mermaban significativamente sus facultades mentales, especialmente las volitivas”. Según ellos este tipo de trastorno puede tener una duración de entre un día y un mes y luego remite, como sería el caso del acusado, que al entrar en prisión dejó de oír la voz del demonio según su declaración. Para los psiquiatras forenses y los psiquiatras de Brians no sería valido el diagnóstico de “trastorno psicótico breve”, porqué mantienen que en ningún caso podría remitir sin que se le administrara medicación para ello, y han argumentado que en prisión no ha recibido tratamiento.

Durante la sesión de esta mañana también ha declarado la forense responsable del laboratorio, que ha indicado que le encontraron 1’11gr de alcohol en sangre, lo que le podría haber provocado una “afectación moderada”. También han testificado como peritos dos Mossos d’Esquadra del laboratorio informático, que han indicado que encontraron dos búsquedas sobre el diablo de tres días antes del crimen, del 7 de noviembre, en el ordenador del acusado. Una de las búsquedas, en Google, hacia referencia a que unos restauradores habían descubierto la figura de un diablo oculta entre las nubes de un fresco de un reconocido pintor italiano. También buscó la palabra diablo en “youtube”.

La que finalmente no ha podido declarar como testigo ha sido la ex mujer del acusado y madre de la víctima, Mónica Camacho. Ayer por la tarde cuando estaba prevista su declaración tuvo que ser trasladada en ambulancia hasta el Hospital Josep Trueta de Girona, donde permanece ingresada.

El fiscal Enrique Barata ha mantenido para el acusado la petición de 19 años de cárcel por un delito de asesinato con la concurrencia de alevosía, con el agravante de parentesco y el atenuante de confesión. Además, en cuanto a responsabilidad civil, pide que indemnice a su mujer con 175.000 euros y a su otra hija, de 8 años, con 100.000 euros.

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Por su parte el abogado de la defensa, Jordi Colomer, que en un principio mantenía que su cliente en el momento de los hechos estaba totalmente enajenado y pedía 15 años de internamiento en un centro psiquiátrico, ha modificado su petición. Una vez concluida la vista oral ha pedido para su cliente 10 años de internamiento psiquiátrico, alegando la eximente incompleta de embriaguez, otra eximente incompleta de trastorno mental grave, y el atenuante muy cualificado de confesión. Alternativamente ha solicitado 10 años de cárcel.

Está previsto que mañana por la mañana se haga entrega del objeto del veredicto a las 4 mujeres y 5 hombres del jurado popular y que se encierren a deliberar.

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