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PSM, IU y UPyD ven “ineficaz” e “irresponsable” la gestión de Botella

La oposición pide que no haya más bajas “temerarias” en otros contratos

Los grupos de la oposición del Ayuntamiento de Madrid estaban ayer satisfechos con el fin de la huelga de limpieza y el acuerdo que ha evitado los despidos, pero fueron muy críticos con la gestión del conflicto que ha hecho la alcaldesa Ana Botella, que ayer atribuyó a “la flexibilidad de la reforma laboral” que se evitara que más de un millar de barrenderos y jardineros se quedaran sin trabajo, además de pedir una ley de huelga para garantizar el cumplimiento de los servicios mínimos.

Las palabras de Botella causaron “sonrojo” al portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Jaime Lissavetzky. “Después de tener a Madrid y a más de mil trabajadores en vilo durante 13 días, no puede atribuirle el fin de la huelga a la reforma laboral. Al revés, estamos ante el triunfo de la negociación colectiva frente a la filosofía de la reforma laboral”, afirmó el concejal socialista. Lissavetzky, para quien los sindicatos “salen reforzados” tras las dos semanas de paros, entiende que Botella “ha actuado tarde, mal y se puede decir que nunca”. “Pidiendo una ley de huelga lo que pretende es convertir su incapacidad en fortaleza. Posiblemente no hubiera habido una huelga si su gestión fuese mejor”, señaló. El portavoz socialista pidió a la alcaldesa de Madrid que no haga más “experimentos” en los contratos con el “pretexto” de ahorrar, porque “salen caros”.

Izquierda Unida se mostró igual de crítica con la regidora madrileña y ha recordado que estos servicios públicos de limpieza “tendrán menos efectivos” durante la duración de este nuevo contrato, ya que que estarán sometidos al ERTE de 45 días al año. En un comunicado, el grupo municipal recalcó que “seguirán siendo los trabajadores quienes soporten el mayor esfuerzo del ajuste a través de la congelación de sus salarios y de la aplicación de regulaciones temporales de empleo que les harán perder dinero en sus nóminas”.

David Ortega, portavoz de UPyD, entiende que la gestión de los 13 días de huelga por parte de Botella “tienen un coste muy alto para la imagen de Madrid”. “Es inadmisible que dijera al inicio de esta crisis que se trataba de un problema entre trabajadores y concesionarias, como si no tuviera nada que ver con ella. El final de la huelga y el hecho de que los empleados mantengan sus trabajos es el único mensaje positivo”, consideró Ortega.

“La manera de llevar la crisis ha sido de una irresponsabilidad muy grave. El Ayuntamiento ha permitido una bajada temeraria en el contrato integral del servicio de limpieza, y ese ha sido el foco generador del problema. Botella no puede atribuir a la reforma laboral que haya habido una solución. ¿O acaso los trabajadores habrían mantenido sus empleos si no hubieran forzado tanto?”, apostilló el responsable de UPyD.

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